SAN JOSÉ, 12 Abr. (Notimérica) -
A pesar de que en el país centroamericano de Costa Rica sea habitual ver perezosos por las calles, puede decirse que esta característica se ciñe mayoritariamente a los animales con dicho nombre, ya que los costarricenses han demostrado no tener ninguna pereza, ni tampoco lentitud, en cuestiones tan importantes como la sostenibilidad medioambiental.
La Asamblea General de Naciones Unidas decidió hace dos años declarar al año 2017 como Año Internacional de Turismo Sostenible para el Desarrollo, designando además esta misma semana al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, como embajador especial de tal celebración por su compromiso con el cuidado del medioambiente y la biodiversidad.
Y es que el actual Gobierno tico, liderado por el Partido Acción Ciudadana (PAC), es uno de los principales de la región en cuanto al fomento de políticas públicas en favor de la sostenibilidad, aunque cabe decir que la defensa y cuidado del entorno natural ha sido un pilar para los diferentes gobiernos costarricenses desde hace décadas.
Siguiendo lo establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del año 2015 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el gobierno de Costa Rica ha establecido una agenda de desarrollo sostenible con la que pretende mejorar las cifras conseguidas a principios de la década del 2000. Hasta entonces, tal y como dicta el PNUD, si bien el país había hecho esfuerzos en este campo, sus políticas habían sido mal formuladas o difusas.
PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES
Con el paso de los años la protección del entorno natural, que al mismo tiempo es uno de sus principales atractivos, se ha convertido en un motor de desarrollo social, ambiental y económico. Por ejemplo, una de las principales herramientas promulgadas en el país es el programa Pago por Servicios Ambientales (PSA), cuya raíz se origina en los acuerdos de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992.
Administrada por el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO) del Ministerio de Ambiente y Energía, el PSA consiste en la entrega de un reconocimiento financiero del Estado costarricense a los propietarios de terrenos forestales a cambio de los servicios ambientales que éstos proveen.
Es decir, se paga a los dueños locales para que puedan mantener su modo de vida sin recurrir a la explotación y venta masiva de los recursos ambientales, a cambio del cuidado del entorno para su conversión y mantenimiento como una fuente de riqueza natural y turística con beneficios comunes.
En conformidad con lo expuesto en la Ley Forestal Nº.7575 de Costa Rica, se reconoce que la protección de los bosques, el agua, la biodiversidad y la belleza natural es un servicio ambiental que puede ser prestado por particulares y para la población en general, haciendo que sean los costarricenses los que financien la misma estructura de protección ambiental.
Mediante esta misma norma, se trata de conseguir la protección total del agua para uso urbano, rural o hidroeléctrico; el cuidado de la biodiversidad para su conservación y uso sostenible, científico y farmacéutico, de investigación y mejoramiento genético y, al mismo tiempo, el mantenimiento de los ecosistemas y las formas de vida del país.
CARBONO-NEUTRAL
Este proyecto ha conseguido que se mitigue la expulsión y exposición de gases contaminantes causantes del efecto invernadero en el país, ya que son los propios árboles de los bosques los que absorben estos gases y disminuyen sus efectos en la capa de ozono.
Esto favorece uno de los principales objetivos de la mencionada agenda medioambiental tica, ya que desde 2014 Costa Rica se consolidó como el primer país del mundo con la meta de carbono-neutralidad para el 2021, según informa el PNUD.
El Programa País Carbono Neutralidad puso en marcha en 2015 la Alianza para la Carbono Neutralidad, una iniciativa público-privada que trata de aumentar la cantidad de empresas costarricenses que trabajen en la reducción de su huella de carbono, tal y como indican desde la Dirección de Cambio Climático de Costa Rica.
La iniciativa facilita capacidades técnicas a entornos empresariales en función de sus necesidades en eficiencia energética, energías renovables, sustitución de combustibles, manejo y reemplazo de refrigerantes, así como en la gestión de residuos, entre otras cosas.
A día de hoy son más de 60 las empresas costarricenses que forman parte de la lista de socios ambientalmente responsables del país, los cuales deben además llevar a cabo dos cursos gratuitos al año sobre el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol), impartidos por el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO).
TURISMO SOSTENIBLE
Además de las mediadas nombradas, y otras existentes, Costa Rica ha puesto el foco en materia turística para el desarrollo sostenible. El Certificado para la Sostenibilidad Turística (CST) es un programa creado por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) para categorizar a las empresas turísticas en función de su concienciación y compromiso con la sostenibilidad.
La diferenciación se lleva a cabo a través del análisis del uso de los recursos naturales, culturales y sociales de dichas entidades turísticas. Así, por ejemplo, se tiene en cuenta el ahorro de luz y agua de los establecimientos de hospedaje o las acciones que se realizan desde la gerencia turística de cara a la concienciación y participación del cliente en la implementación de las políticas sostenibles de la empresa.
La superación de los cinco niveles de los que goza el plan supone para la empresa en cuestión conseguir una certificación que, por otro lado, permite a Costa Rica ser una marca de destino sostenible a nivel mundial, lo que ha sido reconocido por la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Por ello, el nombramiento de Luis Guillermo Solís como embajador de las Naciones Unidas en el Año Internacional de Turismo Sostenible para el Desarrollo permitirá crear una campaña de sensibilización regional y mundial sobre la importancia de las actividades turísticas comprometidas con el medio ambiente, dando lugar a un mercado competitivo que no hará más que mejorar la situación del planeta.