LA PAZ, 16 Jul. (Notimérica) -
Como cada 16 de julio este año se conmemora en Bolivia el Día de la Revolución Independentista o Revolución de La Paz, una celebración que hace referencia al levantamiento que tuvo lugar ese mismo día del año 1809 en la ciudad de La Paz y cuyo objetivo no era otro que acabar con el dominio español en esas tierras.
Se trata de un alzamiento considerado por los historiadores como la primera revolución independentista de Iberoamérica junto con el grito libertario de Chuquisaca, llevado a cabo el mes de mayo de ese mismo año en la actual Sucre, a favor del rey Fernando VII.
Tras la Revolución de Chuquisaca, el 25 de mayo de 1809, varios de los líderes de este levantamiento partieron desde esta a otras ciudades para propagar la idea independentista. Uno de estos líderes fue Mariano Michel Mercado, promotor del movimiento revolucionario, quién jugó un papel clave en La Paz. La influencia de Mercado en la ciudad fue decisiva para que Pedro Domingo Murillo, patriota del Alto Perú y considerado precursor de la independencia de Bolivia, se decidiera a organizar un levantamiento y derrocar a los dirigentes españoles.
El 16 de julio de hace hoy 210 años Murillo decidió usar las fiestas de la Virgen del Carmen para tomar el cuartel real español, coger las armas y expulsar al gobernador Tadeo Dávila, quien a pesar de saber con antelación los planes revolucionarios ignoró las denuncias hechas por vecinos sobre sospechosas juntas.
Posteriormente y una vez los insurgentes habían tomado el control, se organizó la denominada 'Junta Tuitiva', cuya presidencia y jefatura se encomendó a Domingo Murillo. Pero las autoridades españolas y el virrey de Perú, José Abascal, no vieron con buenos ojos ni esta junta ni el levantamiento por lo que dieron orden al militar Manuel de Goyeneche que acabase con dicho motín.
Goyeneche puso rumbo, junto a 5.000 hombres, a La Paz donde capturó a Domingo Murillo y a muchos revolucionarios. Los presos fueron condenados a morir en la horca, pero antes de ser ejecutado Murillo pronunció las siguientes palabras: "Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡Viva la libertad!".