LIMA, 2 Oct. (Notimérica) -
Durante el mes de octubre en Perú se celebra uno de los eventos católicos más importantes del mundo, que tiene una relación muy estrecha con la tradición del llamado turrón de doña Pepa. El origen del turrón de doña Pepa no es dulce, proviene de la tragedia de una esclava negra de Cañete, doña Josefa Marmanillo, quien en el siglo XVIII, azotada por intensos dolores, recurrió, según cuenta la leyenda, a la fe que tenía en el Señor de los Milagros para aliviar sus males.
En agradecimiento, preparó un colorido dulce y lo ofrecía a los feligreses en las procesiones de octubre. Así, en la capital de Perú de aquel entonces, hasta los virreyes buscaban como un tesoro el turrón de doña Pepa, como todos conocían y llamaban a la señora Marmanillo.
La receta era una adaptación del turrón de Alicante traído por los españoles, hecho a base de una masa de almendras, avellanas o nueces, todo mezclado con miel y azúcar. En cambio, el peruano es más harinoso y cortado en palotes largos antes de hornearse.
"Luego, estos bastones crocantes son bañados con un almíbar casero que ha hervido seis horas y que está preparado a base de piña, durazno, manzana, membrillo, higo, chancaca y clavo de olor. Los caramelos de colores que se esparcen como chispas sobre la capa de miel son hechos a pedido", contó a 'Perú21' una pastelera del país.
A este dulce se le conoce también como turrón de miel o turrón del Señor de los Milagros por ser el tradicional del "mes morado" y los venden junto con otros postres tradicionales como el arroz con leche, la mazamorra morada, el frejol colado o los picarones.
Aunque hoy en día el turrón de doña Pepa ha dejado de ser exclusividad de octubre, la tradición no se pierde y el mes morado también es el mes de esta delicia.