MADRID, 25 Nov. (Notimérica) -
Los disturbios han vuelto a Ferguson en la noche de este lunes 24, tras conocerse que el Gran Jurado de Misuri no procesará al responsable de la muerte del adolescente Michael Brown el pasado mes de agosto. Más de tres meses después, se aviva la tensión racial en Estados Unidos que desató el caso del joven.
El adolescente afroamericano Michael Brown, de 18 años de edad, murió el pasado 9 de agosto al recibir varios disparos del policía Darren Wilson, de 28 años, en la ciudad estadounidense de Ferguson. La autopsia reveló que Brown había recibido seis balas, dos de ellas en la cabeza.
De su fallecimiento se escucharon diferentes versiones. Varios testigos afirmaron que Brown estaba desarmado, mientras que la Policía defiende que el joven intentó agredir a Wilson y éste se defendió.
La tardanza de las autoridades en revelar los detalles del suceso y, sobre todo, en dar a conocer la identidad del policía, dieron lugar a una ola de protestas en la ciudad que rápidamente derivó en disturbios violentos.
Fueron diez días de manifestaciones en las que la ciudad convivió con el toque de queda, el despliegue de la Guardia Nacional, disparos con arma de fuego, delincuentes que aprovechaban la situación o la represión de protestas pacíficas por parte de la Policía. De fondo estaba el debate racial en el país Norteamericano.
Más de tres meses después, Estados Unidos ha estado pendiente de la decisión del Gran Jurado de Misuri, que debía determinar si procesaba o no al autor de los disparos que acabaron con la vida del joven afroamericano.
A las puertas del tribunal, desde hace días, familiares, amigos y activistas de Derechos Humanos estaban concentrados a la espera del fallo. Amenazaban con nuevas manifestaciones en la ciudad si Wilson no era procesado.
Para hacer frente a las posibles manifestaciones violentas, el gobernador de Misuri declaró el estado de emergencia que le permitiría desplegar a la Guardia Nacional si fuera necesario.
Este lunes 24 de noviembre la Justicia se pronunciaba y decidía no presentar cargos contra el policía que acabó con la vida de Brown. El fiscal del condado de St. Louis, Bob McCulloch, aseguraba que ha sido una "investigación exhaustiva".
McCulloch también señalaba que las declaraciones de algunos testigos no se correspondían con las evidencias físicas y que todas las autopsias practicadas fueron consistentes entre sí.
Las reacciones al fallo del Tribunal no se hacían esperar. La familia de Brown se mostraba "profundamente decepcionada", pero a través de un comunicado, pedía a los manifestantes que "eviten la violencia".
En el mismo sentido, se pronunciaba el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que instaba a los habitantes de Ferguson a que se manifestaran sin recurrir a la violencia.
Estas peticiones no han sido escuchadas. Ferguson ha vivido una noche de disturbios que casi supera a las peores del mes de agosto, cuando la muerte de Brown estaba mucho más reciente.
Las manifestaciones en cifras han dejado, por ahora, 61 detenidos, edificios incendidados y tiroteos. En el suburbio de St. Louis un coche de policía ha sido incendiado y los manifestantes y la Policía se han enfrentado hasta que finalmente los cuerpos de seguridad han recurrido al gas lacrimógeno para dispersarlos.
El jefe de la Policía del condado, Jon Belmar, ha hecho balance y ha indicado que "no ha habido pérdida de vidas humanas" pero sí importantes daños materiales.
Por la via judicial el 'Caso Brown' no está completamente agotado. Podría reabrirse si surgen nuevas pruebas y, además, la familia de Brown podría intentar la vía civil presentando una demanda contra el agente, aunque este tipo de acciones no suelen prosperar.
Para esclarecer las responsabilidades en torno a la muerte de Michael, esta no era la única opción de sus familiares y amigos. También permanece abierta una investigación federal sobre derechos civiles en torno al suceso y otra investigación independiente del propio Departamento de Policía de Ferguson.
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