MADRID, 25 Oct. (Notimérica) -
El Día de los Difuntos es una festividad religiosa de origen campesino que forma parte de la cultura popular tradicional en Chile. Cada 1 de noviembre las familias chilenas acuden a los cementerios para visitar a sus parientes fallecidos, rezar y adornar las sepulturas con flores.
Sin embargo, con la influencia estadounidense, esta tradición ha comenzado a convivir con la fiesta de Halloween que se celebra la noche anterior, también conocida como 'La Noche de Brujas'.
Esta celebración llegó a Chile como muestra del capitalismo, para atraer a los compradores en la venta de dulces, pero cada año se festeja de una manera más festiva y multitudinaria.
Ya es una costumbre disfrazarse con aterradores trajes y salir a pedir dulces y caramelos a los vecinos del barrio. Aunque desde principios de siglo se promueve en Chile la 'Fiesta Blanca', para celebrar Halloween de una forma positiva y alegre y evitar así la delincuencia en las calles durante esa noche.
La idea es que los niños y los adultos se vistan con disfraces alegres y menos terroríficos y sólo vayan a pedir caramelos a las casas que tengan algún elemento en su puerta que indique que pueden llamar al timbre. Además, buscan sustituir el mítico 'truco o trato' por 'dulces por gracia' para que los niños agradezcan de algún modo el gesto.
No obstante, la tradición de origen celta prevalece y los chilenos continúan caracterizándose con los atuendos típicos de Halloween y decorando las calabazas con espeluznantes muecas.