Sobrevivieron comunidades que "habían estado trabajando en favor de su entorno natural"
BARCELONA, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los grandes cambios de temperatura del cambio climático tuvo un impacto significativo en las comunidades de la Amazonia antes de la llegada de personas del continente europeo, y los grandes cambios de temperatura y de precipitaciones provocaron la desaparición de comunidades mucho antes de 1492, según un estudio del Reino Unido encabezado por un investigador vinculado a la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, Jonas Gregorio de Souza.
El estudio, publicado en 'Nature Ecology and Evolution', ha analizado el clima en la Amazonia entre el año 700 y el 1300, y ha señalado que el cambio climático fue uno de los factores responsables del fin de algunas comunidades, "pero algunos grupos sobrevivieron porque habían estado trabajando en favor de su entorno natural y no en contra".
"Los que cultivaban de manera intensiva y tenían más presión para producir excedentes de comida debido a una fuerte estructura de clase fueron menos capaces de hacer frente al cambio climático" y desaparecieron, ha destacado De Souza, actualmente investigador Marie Curie de la UPF, que dirigió la investigación en la Universidad de Exeter (Reino Unido).
Paralelamente, las comunidades que vivieron sin jerarquía política, cultivaron una gran variedad de cultivos y prestaron más atención en cuidar la tierra para que continuara siendo fértil, pudieron adaptarse y quedaron menos afectados.
También han descubierto que comunidades de la Amazonia construyeron canales para gestionar las inundaciones estacionales. Al sur de la Amazonia, la gente fortificó sus zanjas, plazas amuralladas, calzadas y caminos a medida que el clima se volvía más volátil.
RESTOS DE POLEN
Los expertos analizaron el clima de la Amazonia antigua mediante el análisis de restos de polen y carbón vegetal, sedimentos de lagos y estalagmitas, lo que les permitió cuantificar las precipitaciones que había en la región de un año a otro, y también analizaron restos arqueológicos que mostraban cultivos producidos por comunidades en el pasado y las estructuras en las que vivían.
Durante este periodo, la Amazonia fue el hogar de decenas de sofisticadas comunidades que vivían en ciudades y pueblos que estaban floreciendo, y el conflicto entre estas comunidades y la migración también contribuyó a la caída de algunas de ellas.
Se cree que la población de comunidades indígenas disminuyó entre un 90% y un 95% después de que los europeos llegaran a la Amazonia a causa de epidemias y violencias, y antes de eso, hasta 10 millones de personas habían vivido en la Amazonía, y esta pérdida modificó los paisajes y las geografías culturales de toda la región.
LOS RICOS MONOPOLIZABAN LOS RECURSOS
En la Amazonia oriental, la élite marajoara vivió en grandes montículos, que podrían haber sido el hogar de cerca de 2.000 personas, y estas organizaciones de mando se desintegraron después del año 1200.
Se había pensado que esto era debido a la llegada de los recolectores nómadas Aru, pero el estudio sugiere que la disminución de las precipitaciones también tuvo un papel importante, ya que algunas comunidades utilizaron los montículos para gestionar el agua, con los ricos monopolizando los recursos, y esto les hizo sensibles a sequías prolongadas.
Al mismo tiempo, la cultura de Santarém, establecida hacia el año 1100, estaba floreciendo, y crecieron una gran variedad de cultivos, como maíz, batata y calabacín, y trabajaron para enriquecer el bosque, con lo que las condiciones climáticas de más sequía tienen menos impacto.
El profesor de la Universidad de Exeter José Iriarte ha explicado que este estudio "se suma a la creciente evidencia de que el milenio que precedía el descubrimiento europeo era un periodo de migraciones de larga distancia, conflictos, desintegración de sociedades complejas y reorganización social en las tierras bajas de América del Sur", y muestra que el clima tuvo un impacto real.
La investigación forma parte del proyecto de Pre-Columbian Amazon-Scale Transformations, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, y fue llevado a cabo por académicos de la Universidad de Exeter, la de Pensilvania, la de Baylor, la de Berna, la de Sao Paulo, la de Northumbria, la Federal de Pará, la de Utah, la de Reading, la de Amsterdam, el Instituto Geofísico del Perú y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia.