MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
Unos 750 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a agua potable, lo que provoca enfermedades que causa la muerte de más medio millón de niños y niñas cada año, ha alertado la ONG Plan Internacional con motivo de la celebración este domingo del Día Mundial del Agua, incidiendo en que esto supone que cada minuto muere un niño por no poder acceder a agua limpia.
En un comunicado, la organización de protección de los derechos de la infancia ha recordado que la falta de agua de calidad, potable y salubre, agrava la pobreza de los países en desarrollo y afecta especialmente a población infantil, provocando la desnutrición y muerte de miles de niños y niñas a diario, impidiendo su desarrollo físico e intelectual e incluso su acceso a la educación.
Aunque la meta fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de un 89 por ciento de cobertura de agua potable a nivel mundial se alcanzó en 2012, aún hay 45 países que no han conseguido este objetivo y se prevé que sus objetivos de saneamiento no se alcanzarán hasta 2026, ha incidido la ONG.
La directora general de Plan Internacional España, Concha López, ha subrayado que "el acceso al agua potable en una comunidad mejora de manera decisiva aspectos como la educación y la igualdad de género". "Contar con un punto de agua cercano al hogar mejora los índices de asistencia al colegio, lo que además contribuye al cumplimiento de otro Objetivo de Desarrollo del Milenio, garantizar la educación primaria universal", ha añadido.
LA HISTORIA DE RACHEAL
Racheal Adut es una de las 750 millones de personas que no tiene acceso a agua potable. "Tenía que caminar cuatro horas cada día para buscar agua en un sitio en el que no conocía a nadie. Tampoco tenía a nadie que me ayudara a cuidar de mis hijos mientras, así que los niños no podían comer hasta que yo no volvía con el agua para preparar su comida", relata esta madre soltera con seis hijos que tuvo que abandonar su hogar en diciembre de 2013, cuando estalló el conflicto armado en Sudán del Sur. Ahora vive en el campo de refugiados de Melijo, en el estado de Ecuatoría Oriental.
La rutina de Racheal, según Plan Internacional, es el día a día de millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, que cada día recorren distancias de varios kilómetros para conseguir agua, que, en muchas ocasiones, además está contaminada. Las enfermedades diarreicas relacionadas con el uso de agua sucia provocan cada año la muerte de más medio millón de niños y niñas menores de 5 años.
La vida de Rachael y los refugiados del campo de Melijo, en Sudán del Sur, ha cambiado sustancialmente desde que tienen acceso a agua de calidad. Plan Internacional ha construido aquí tres pozos de agua en el campamento para que los desplazados no tengan que caminar cuatro horas en busca del agua contaminada del río. Además, ha construido 56 letrinas que mejorarán la higiene y el saneamiento y ayudarán a prevenir enfermedades transmitidas por vectores, como la diarrea o la fiebre tifoidea.
"Gracias a la construcción de las letrinas, ahora mi familia y yo tenemos un hogar y un entorno más saludable en el campamento. Todo está más limpio y resulta más cómodo", explica Diing Majok.
EMPODERAMIENTO DE MUJERES Y NIÑAS
La disponibilidad de agua potable en las zonas de residencia empodera a mujeres y niñas. En Carchá, Guatemala, pese a tener 25 días de lluvia al mes, los habitantes no disponían de agua potable. Las mujeres y niñas iban a buscar agua cinco veces a la semana y lo portaban sobre la cabeza en frascos o cubos. Los peligros a los que se exponían en la búsqueda del agua, descendiendo a peligrosas cavernas a 20 metros de profundidad, se incrementaban en el caso de las niñas que viajaban solas, que corrían el riesgo de sufrir abusos.
En este caso, Plan Internacional ha diseñado un proyecto con la participación de la comunidad para aprovechar el agua de lluvia con el "filtro maya", construido con materiales de la zona, que vierte el agua de lluvia limpia en los tanques y asegura 3.800 litros de agua limpia potable que duran más de tres meses.
Además, se construyeron letrinas para mejorar el saneamiento en los hogares y las escuelas. El proyecto ha beneficiado a 3.258 familias y 29 colegios de la zona y se han reducido los casos de diarrea y, como consecuencia, la mortalidad infantil. Carchá ha replicado el proyecto en otras 325 comunidades y se ha creado una plataforma de política de aguas municipal.
BOMBAS DE AGUA CON ENERGÍA SOLAR
En Kita, en la región de Kayes, en Malí, el agua era un recurso escaso, limitado a varios pozos contaminados que además se quedaban sin agua en la estación seca. Un proyecto de Plan Internacional España financiado por la Unión Europea está contribuyendo a que 20.000 personas de 30 comunidades de esta región maliense dispongan de agua de calidad.
Para ello, se ha procedido a la instalación de treinta sistemas de bombeo de agua con energía solar en pozos saneados, lo que ha reducido la carga de trabajo de mujeres y niños y el absentismo escolar y permitirá un aumento de la productividad agrícola. Además, el proyecto distribuye el agua en colegios y centros de salud.
En 2014, Plan Internacional invirtió más de 42,4 millones de euros en programas de agua y saneamiento, apoyó a 835.207 familias en la mejora de sus instalaciones de saneamiento y construyó 4.112 puntos de agua potable.