MADRID, 5 Mar. (Notimérica) -
El pueblo Wayuú, también llamado wayu, waiu, guajiro o uáira, es uno de los pueblos indígenas colombianos que habita la árida península de la Guajira, al norte de Colombia y noroeste de Venezuela, sin tener en cuenta las fronteras entre ambos países.
Los Wayuú se refieren a sí mismos simplemente como wayú. Usan el término 'Kusina' para denominar a otros grupos indígenas y el término 'Alijuna' para designar al blanco y, más generalmente, a toda persona que no sea Wayuú.
Sin embargo, otras tribus indígenas rechazan la interpretación de este pueblo como indio, ya que prefieren traducir 'Wayuú' por 'persona' o 'gente', mientras traducen 'Alijuna' como "civilizado" y 'Kusina' como 'indio'.
Su familia lingüística es la Arawak, que presenta algunas diferencias dialectales --aunque mínimas-- dependiendo de la zona de residencia, si se trata de la alta, media o baja Guajira. Un buen número de Wayuú, sobre todo de jóvenes, entiende el español y lo habla con soltura, pero su lengua materna sigue representando para ellos un factor importante de identidad étnica y cultural.
Las comunidades indígenas en Colombia conforman una población de más de un millón de personas en las cuales el 60 por ciento son mujeres, según datos de la Organización Nacional Indígena en Colombia (ONIC). La mayoría son madres, o lo serán, antes de cumplir los 18 años, la mayoría de edad de este país.
En el país existen 102 pueblos indígenas de los que 18 están en alto riesgo de desaparecer. Y es que del casi millón y medio de personas que forman estas comunidades, la mayoría están asentadas en los 710 resguardos existentes.
Según la Ley número 70 de 1993, el Gobierno colombiano debe "garantizar la protección de los territorios ancestrales, invertir en su desarrollo económico y proteger su identidad cultural y derechos civiles".
POBLACIÓN FLUVIAL
La población Wayuú está constituida por 144.003 personas que representan el 20,5 por ciento de la población indígena nacional, y que constituyen el 48 por ciento de la población de la Península de la Guajira. Ocupan un área de 1.080.663 hectáreas localizadas en el resguardo de la Alta y Media Guajira y ocho resguardos más ubicados en el sur del departamento y la reserva de Carraipía.
Los Wayuú no se distribuyen de manera uniforme en su territorio nacional, ya que su distribución demográfica por la península está íntimamente relacionada con los cambios estacionales.
Durante la estación seca muchos Wayuú buscan trabajo en Maracaibo o en otras ciudades o pueblos, pero cuando llegan las lluvias, un gran número de ellos retorna a sus casas.
Se trata de una región con un clima cálido, seco e inhóspito, bañada por los ríos Ranchería en Colombia y Limón en Venezuela. Presenta unas estaciones climáticas marcadas por una primera temporada de lluvias, denominada Jupayu, que va desde diciembre hasta abril. Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, que remata una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre.
Viven en asentamientos estables, ya que es frecuente que las familias se trasladen a residir temporalmente a otro lugar cuando se agota el pasto para sus animales o cuando deben cumplir un compromiso social.
Tradicionalmente se organizan en cinco o seis viviendas ubicadas de forma dispersa con distancias de varios minutos de camino, conformando una ranchería o caserío.
La casa es de forma rectangular, dividida en dos habitaciones con techos en los que se cuelgan las hamacas para dormir y las mochilas. Junto a la casa se ubica la cocina, que carece de techo y está rodeada de cactus para protegerla del viento y la arena.
Fuera de la casa se levanta una enramada techada y sin paredes donde se realizan las actividades diurnas y sociales. También cuentan con un corral para los animales, bovinos y caprinos.
RELIGIÓN Y EROTISMO
La cultura que caracteriza a esta tribu se basa en deidades importantes en su universo mítico. La figura central es Maleiwa, dios creador de los Wayuú y fundador de la sociedad.
Pulowi y Juyá son los esposos asociados a la generación de la vida. Pulowi, la mujer, se relaciona con la sequía y los vientos, mientras Juyá, su esposo, es un errante que caza y mata. Por otra parte está Wanülü, que representa el mal de la enfermedad o la muerte.
Otro factor que controlan de forma rigurosa es la reproducción sexual, ya que las niñas están sometidas a un severo rito de paso. Cuando la muchacha empieza a menstruar es sometida a un período de reclusión, al término del cual se ha convertido en mujer equipada para casarse.
Durante el inicio de esa reclusión, la joven es completa o parcialmente rapada e instalada en una hamaca colgada cerca del techo de la casa, donde se le cuidará con alimentos vegetales especiales llamados 'jaguapi', permaneciendo bajo una dieta rigurosa.
En este período de tiempo es bañada con frecuencia, además de instruida en las tareas femeninas de tejido e hilado. Además, le imparten conocimientos sobre los procesos tradicionales de control natal, embarazo y quizás algunas técnicas eróticas.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Muchos se preocupan por este control tan temprano sobre la fertilidad al que son sometidas las niñas de esta tribu. Sin embargo, esta no es la mayor preocupación, ya que este pueblo sufre violencia y agresiones intrafamiliares, incontrolables en este tipo de comunidades.
Los Wayuú pueden preservar su autoridad penal aunque no estén exentos del cumplimiento de los Derechos Humanos defendidos en la Constitución colombiana de 1991.
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en 2016 se detectaron 898 niños Wayuú desnutridos. Esta situación fue denunciada por las comunidades indígenas que habitan la zona. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha solicitado al estado colombiano tomar medidas para evitar más muertes.