BUENOS AIRES, 16 Nov. (lara Lussón - Notimérica) -
Antes incluso de poner un pie en Argentina ya es posible enamorarse del país. Si llegas en avión a Buenos Aires, te fascinará ver desde las alturas las dimensiones de esta ciudad; pero si tu entrada es por tierra, casi seguro que antes de llegar a la capital ya has hecho una parada en algún lugar espectacular.
Entrar desde Brasil supone haber visitado las cataratas de Iguazú, el lugar donde sin duda desearás que se detenga el tiempo; si llegas de Bolivia o Perú, seguramente ya conozcas las joyas de Salta o Juyuy; para llegar desde Uruguay tendrás que hacerlo en barco por el Mar del Plata; y la entrada desde Chile implica haber atravesado los Andes en el que se convertirá -ya sea por tierra o aire- en uno de los viajes que recordarás toda la vida. Y todo esto sin despegarte del mate.
¿Tienes pensado viajar a la Argentina y quieres saber por qué deberías hacerlo? Sigue leyendo.
DESTINOS TURÍSTICOS
-Buenos Aires
Del lujoso barrio de la Recoleta al de la Boca, donde se respira y se baila tango en plena calle; de la avenida 9 de julio -la más larga del mundo- y sus clásicos edificios a Puerto Madero, la zona más cosmopolita del país; de la majestuosa Casa Rosada al barrio de Palermo, el lugar favorito de los jóvenes por sus bares al aire libre. Comparada muchas veces con París o Madrid, Buenos Aires es una ciudad de contrastes, pero también es probablemente la más europea de todas las de América Latina.
-Cataratas de Iguazú
Comenzando el recorrido desde el norte del país, las cataratas de Iguazú deben ser, por cuestión de justicia, la primera parada. Consideradas como una de las siete maravillas naturales del mundo, la fuerza con la que cae el agua en este lugar de la provincia norteña de Misiones te hará experimentar la sensación de desear que se pare el tiempo, aunque rápidamente será perturbada por los cientos de turistas que llegan cada minuto y te reclamarán que te apartes para sacarse su foto.
-Corrientes
Antes de continuar el viaje, debes parar en la ciudad de Corrientes para observar el atardecer a la orilla del río Paraná.
-Chaco
Es la otra cara de Argentina, pero si tienes la oportunidad, pasa unos días junto a la gente del Chaco. Considerada como una de las regiones más humildes de América Latina, el Chaco te sorprenderá por la cercanía de sus gentes, que hacen claro honor a la expresión de que "quien menos tiene es quien más te da". La felicidad se experimenta cuando un mate y una torta de pan son suficientes si se comparten con las personas adecuadas.
-Salta y Jujuy
Al noroeste del país se encuentran estas dos ciudades, quizá menos turísticas que otros puntos de Argentina, pero con lugares que visitar como Cachi, Cafayate, Purmamarca, Tilacara, Humahuaca y las Salinas Grandes, además de la famosa montaña de los siete colores.
-Mendoza
Si quieres disfrutar de la Argentina más profunda, la de los grandes ranchos, las rutas a caballo o la naturaleza, Mendoza es tu ciudad. Probablemente uno de los mejores asados que recuerdes será el que te preparen los propios lugareños de esta ciudad fronteriza con Chile.
-Patagonia Argentina
El viaje por el país terminará en el sur, seguramente después de haber atravesado la Pampa. La Patagonia Argentina es mar y montaña al mismo tiempo, es la inmensidad, son glaciares imponentes como el Perito Moreno; pero también es una de las zonas donde los habitantes son el mejor antídoto contra el frío.
GASTRONOMÍA
En Argentina se come bien, eso es indiscutible, pero con permiso de la carne y las empanadas, este país puede presumir de ser la región latinoamericana que más impregnados tiene los sabores de otros continentes. Su influencia española, italiana e incluso del África subsahariana -debido a los esclavos llevados desde esa zona a lo que ahora es Argentina-, junto con su consideración como uno de los mayores productores agrícolas el planeta, hacen de esta gastronomía una de las más variadas. Por supuesto, mención aparte merece el dulce de leche.
Hay dos bebidas indispensables en este país del hemisferio sur: el fernet y el mate. Ambos son clave para comprender su cultura. El primero, porque posee el honor de ser una bebida argentina que cada vez gana más adeptos en otros lugares del mundo. Y el segundo, porque esta cultura no podría entenderse sin él.
El mate es mucho más que una bebida caliente similar a otros tipos de infusiones o tés. Es una forma de vida, la excusa perfecta para reunirse con la familia o amigos a compartir, un acto social que refleja la personalidad argentina.
Prepararlo parece simple pero tiene toda una técnica detrás. Dulce o amargo, caliente o no tanto, con bombilla de metal o de madera, con hierba de un tipo u otro, en un mate (el recipiente, que recibe el mismo nombre que la hierba) grande o pequeño. Hay cientos de variantes, pero sea como sea, siempre con el termo bajo el brazo.
CULTURA, TRADICIÓN Y PERSONALIDAD
Argentina es tierra de artistas, que transmiten sus creaciones en forma de pintura, literatura, música o danza en grandes teatros o en plena calle. Todas las ciudades están impregnadas de una multiculturalidad capaz de dotar a Argentina de sensaciones inimitables.
El tango es la máxima expresión de la danza, pero no es la única. El folclore, el rock, el pop, la cumbia o el jazz argentinos son algunas de las múltiples formas en las que la música se materializa en este lugar.
Buenos Aires, además, puede presumir de ser una ciudad tan cultural como muchas europeas. Al margen de su arquitectura, la capital porteña destaca por acoger cientos de galerías de arte en las que tienen cabida desde los grandes pintores y escultores hasta los artistas más noveles.
Individualmente, los argentinos son muy sencillos. En grupo, su personalidad efusiva y apasionada puede resultar chocante para quien llega de visita; pero bastará con convivir un tiempo con ellos para que ese choque se convierta en adoración.
Honran a su fama de conquistadores y el fervor que sienten por el fútbol, mayor aún que el de otras regiones de América Latina, es tan solo un reflejo más de su personalidad apasionada.
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