BOGOTÁ, 6 Mar. (Notimérica/EP) - -
Rodeada de platanares y dominada por un calor sofocante propio del Caribe, Aracataca fue la población colombiana en la que nació Gabriel García Márquez. Un lugar en el que las leyendas y la fantasía forman parte del día a día de sus habitantes y que permanece hoy alejado de las grandes rutas turísticas, ajeno al devenir de los tiempos y un tanto solitario.
En ella se basó el Premio Nobel de Literatura para crear Macondo, una población ficticia que sirvió de escenario para 'Cien años de soledad'. A su alrededor creó un universo mágico que le permitió adentrarse en la realidad latinoamericana, conformando así lo que se conoció bajo el nombre de realismo mágico.
El primogénito de Luisa Santiaga Márquez creció junto a sus abuelos maternos en una ciudad que utilizaba las fábulas para entender la realidad. Mientras su abuela le contaba historias de ultratumba y acostumbraba a hablar con los muertos, su abuelo, el coronel Nicolás Ricardo Márquez, le narraba los recuerdos que conservaba de la Guerra Civil de los Mil Días. Se fraguaba así el carácter de un autor, que en numerosas ocasiones, reiteró que su forma de narrar se fundamentaba en el modo en el que su abuela acostumbraba a contarle historias.
La infancia de Gabriel García Márquez transcurrió en esta pequeña población colombiana cercana al mar Caribe, que vivió su época de esplendor poco antes de que naciera el Nobel de Literatura gracias a las plataneras. Unos años dorados que terminaron cuando el presidente del país Miguel Abadía Méndez mandó asesinar a miles de civiles en 1928, en lo que posteriormente se conoció como la matanza bananera.
Una trágica historia silenciada que marcaría el devenir de esta pequeña población que comenzó entonces una época de decadencia de la que todavía hoy no logra desprenderse. De hecho, fue hace apenas unos meses cuando ideó el primer plan turístico para promocionar la tierra en la que nació García Márquez, según informa CNN.
Continúa solitaria esta localidad que, sin embargo, se hizo popular en el imaginario colectivo gracias a la literatura de García Márquez. Se sirvió de ella para inspirar historias cargadas de magia y fantasía que hablaban de un mundo muy real dominado por la ficción y el espejismo.