MADRID, 22 Sep. (Notimérica/EP) -
La tasa de homicidios en América Latina continúa siendo una de las más elevadas en el mundo, a pesar de que algunos países como Brasil o Chile han logrado reducir las malas cifras, según datos del 'Estudio mundial sobre el homicidio 2013', realizado anualmente por la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC).
El homicidio constituye uno de los indicadores más completos, comparables y precisos para medir la violencia. Por eso, conocer datos sobre los países con mayor índice de homicidios arroja luz sobre las diferencias regionales y la violencia y su intensidad.
El informe del UNODC revela cómo es el vínculo entre violencia, seguridad y desarrollo. El informe ha revelado que casi la mitad de los homicidios ocurren en países que concentran poco más de la décima parte de la población mundial.
A nivel global, cerca del 95 por ciento de los homicidas son hombres, igual que son hombres ocho de cada diez víctimas. Además, dos tercios de las víctimas de homicidio cometido por compañeros íntimos o por familiares son mujeres y la mitad de todas las víctimas de homicidio en el mundo tienen menos de 30 años de edad.
En 2012, casi medio millón de personas perdieron la vida a causa de homicidios en todo el mundo. Más de una tercera parte de éstos (36 por ciento) tuvieron lugar en el continente americano, un 31 por ciento en África, 28 por ciento en Asia, mientras que Europa (5 por ciento) y Oceanía (0, 3 por ciento) presentaron las tasas más bajas de homicidio a nivel regional.
África del Sur y América Central muestran promedios cuatro veces
mayores (por encima de 24 víctimas por cada 100.000 habitantes) de homicidios, lo que las vuelve las regiones con las tasas de homicidio más altas que se hayan registrado. Le siguen América Latina, África Central y el Caribe (entre 16 y 23 homicidios por cada 100.000 habitantes).
El continente americano ha tenido tasas de homicidio entre cinco y ocho veces mayores que las de Europa y Asia desde mediados de la década de 1950. Los constantes niveles elevados de homicidio en América son resultado de la violencia política y vinculada al crimen que se ha suscitado a lo largo de décadas, la cual ha impedido que los índices desciendan en determinados países. Con todo, los niveles de homicidio en algunos países americanos, como Brasil, se están estabilizando, aun cuando siguen siendo elevados.
organizada y las pandillas varían mucho entre las regiones del mundo, actualmente son muy elevados en zonas de América Central y del Sur, debiéndose a menudo a "la violencia que se vive entre esos grupos".
En general, los homicidios vinculados a la delincuencia organizada constituyen el 30 por ciento de los que tienen lugar en el continente americano, por contraste con menos de 1 por ciento en Asia, Europa y Oceanía, lo que "no necesariamente significa que la delincuencia organizada o las pandillas predominen más en América que en otras regiones".
PAÍSES LATINOAMERICANOS CON BUENOS DATOS
La tasa de homicidios ha disminuido en Río de Janeiro y Sao Paulo, en un 29 y 11 por ciento respectivamente, entre 2007 y 2011. En Río de Janeiro la reducción de los homicidios se debe al programa conocido como Unidades de Policía Pacificadora (UPPs), instituidas en favelas, que se habían convertido en la base de numerosas operativas del crimen organizado.
También son menores los homicidios en ciudades como Montevideo, en Uruguay, Santiago de Chile, en Chile. En Montevideo, Uruguay, por ejemplo, la proporción de homicidios interpersonales es más alta que la de homicidios vinculados al delito; en Quito, Ecuador, las proporciones de esas dos distintas tipologías son casi idénticas.
CÓMO PREVENIR EL HOMICIDIO
La UNODC recomienda como medidas para prevenir el homicidio el desarrollo de nuevos estándares para poder realizar estadísticas del crimen en diversos países, así como la mejora de la coordinación y la capacidad nacional de respuesta, lo que supone "armonizar los procedimientos y establecer mecanismos nacionales para coordinar los datos".
Además, el organismo de la ONU también establece cómo mejorar los análisis, además de implementar objetivos o acciones que supongan esfuerzos comunes entre agencias nacionales y organizaciones regionales.
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