CIUDAD DE MÉXICO, 12 Abr. (Notimérica) -
A pesar de ser más de un millón de personas, apenas son conocidos más allá de las fronteras del estado de Oaxaca en México y, por su color de piel, aun son discriminados por la sociedad y las autoridades mexicanas.
Son los "negros", "morenos" o "afromexicanos" que residen en el estado del sur del país americano y los líderes de la comunidad quieren dar un giro radical a su situación.
"La Policía me hizo cantar el himno nacional tres veces, porque no creían que era mexicano (...). "Tuve que nombrar los gobernadores de cinco estados también", cuenta a 'BBC' Chogo 'El Bandeño', un cantautor mexicano de raza negra.
Se encontraba de visita en la capital, Ciudad de México, cuando la Policía lo detuvo bajo sospecha de ser un inmigrante indocumentado. Gracias a que sabía el himno y a sus conocimientos de política nacional, 'El Bandeño' no sufrió las consecuencias que experimentan otros con menos fortuna.
Clemente Jesús López, que dirige la oficina gubernamental a cargo de asuntos afromexicanos en el estado de Oaxaca, recuerda dos casos separados con mujeres.
"Una fue deportada a Honduras y la otra a Haití porque la Policía insistía que en México no hay gente negra. A pesar de tener documentos de identidad mexicanos, las deportaron".
Con la ayuda de los consulados mexicanos, pudieron regresar pero no recibieron disculpa alguna ni indemnización, resalta López.
Los afromexicanos han vivido en la región de Costa Chica, en la costa Pacífica de Oaxaca, desde que sus ancestros fueron llevados como esclavos desde África, en el siglo XVI.
Sin embargo, por fuera de la región de Costa Chica, hay poca consciencia de su existencia.
Un censo interino en 2015 indicó que la población negra era de 1,4 millones, o 1,2% de la población mexicana. En el mismo estado de Oaxaca son apenas 5% del total. En comparación, los pueblos indígenas constituyen casi 10% de la población en México, según el censo de 2010.
La apariencia física de aquellos que se identifican como mexicanos negros varía considerablemente. Algunos son difíciles de diferenciar de los indígenas mexicanos.
"No se trata únicamente del color de la piel, también es de cómo te sientes", explica Tulia Serrano Arellanes, una trabajadora distrital. "Tú puedes haber tenido una abuela negra y sentirte negra, aunque no lo parezcas".
Buena parte de su identidad está basada en dónde viven. Si vives en un pueblo negro como Santiago Llano Grande, de donde viene Chogo 'El Bandeño', muy probablemente te sientes negro.
Además del lugar de residencia, también se sienten identificados con la cultura negra como, por ejemplo, con la música. Es el caso de la chilena, un estilo de música que llegó a Costa Rica en el siglo XIX por marineros chilenos que pasaban camino a la quimera de oro en California, que ha sido adaptada por músicos negros.
Con los años, han ido haciendo modificaciones y así han adaptado instrumentos como la quijada o el bote. Y donde hay música, hay baile.
Una tradición del Día de Muertos es bailar la Danza de los Diablos, cuyo origen se remonta a los días de las haciendas coloniales.
FALTA DE RECONOCIMIENTO
Por todo ello, la comunidad afromexicana clama por un mayor reconocimiento por parte de la sociedad azteca. Ni siquiera han sido reconocidos oficialmente como una minoría por el Gobierno.
Según el director de la Oficina para Asuntos Afromexicanos en Oaxaca, Humberto Herbert Silva, se debe a que los afromexicanos hablan español, como la mayoría de los mexicanos y no tienen su propia lengua.
"Cuando solicitamos reconocimiento como minoría, salen con excusas o nos dicen que no tenemos una lengua autóctona. El lenguaje es el verdadero criterio", dice. "Estamos siendo discriminados".
En el censo interino de 2015, los encuestados tuvieron por primera vez la opción de identificarse como negros, aunque ese no sea el término que todos los afromexicanos usan. Muchos de ellos se llaman a sí mismos 'morenos' o utilizan otro término local para describirse.
El propio Silva reconoce que no se descarta seguir la ruta del levantamiento indígena zapatista en Chiapas, en los años 90. "Hasta ahora las comunidades negras han soportado discriminación y se han mantenido dentro de las vías legales, que ya están agotadas", expresa.
"Con los zapatistas, los indígenas se levantaron, y fue un levantamiento armado para reivindicar sus derechos. Y, bueno, nuestra comunidad está pensando hacer lo mismo. Está pensando, en un futuro distante, hacer un levantamiento", dice.
"Podría ser la única manera de obtener los derechos que nos merecemos. No puede ser correcto que la Constitución de nuestro país no nos reconozca. Hay una gran brecha entre los que los políticos dicen y lo que hacen. Tendremos que tomar acción para enviarles una advertencia".