MADRID, 21 Jun. (Notimérica) -
El día 21 de junio comienza el solsticio de verano en el hemisferio norte y para celebrarlo y recordar la importancia de este astro algunas organizaciones ecologistas decidieron celebrar durante esta jornada el Día Internacional del Sol.
El frío del invierno y la oscuridad dan paso y protagonismo al astro rey, quien hace que el verano se convierta por la temperatura, la luz, los días más largos y el periodo vacacional más importante del año en una de las estaciones favoritas de la población. Durante esta época es evidente que el sol tiene gran importancia y es por ello que el solsticio se convierte en una fiesta internacional.
Se trata de la fuente más grande de energía para la tierra, necesaria para los seres vivos y gracias a la cual existen todas las formas de vida que se conocen. Sin la energía solar no sería posible que se realizara la fotosíntesis, proceso fundamental para la producción de oxígeno y para la vida en el globo terráqueo.
La variación de la temperatura en el planeta depende del sol. Uno de los factores más influyentes del aumento o disminución gradual resulta de la distancia a la que el sol se encuentre de la tierra. Cuando en el hemisferio norte es verano, el eje terrestre hace que sea esa mitad superior del globo la que esté más cerca al astro rey y, por tanto, que los rayos solares incidan sobre esa parte de la Tierra de manera más perpendicular.
Al contrario que en verano, en invierno el eje superior del globo se encuentra más alejado del sol y como consecuencia ocurre que las temperaturas bajan. Lo mismo ocurre en el hemisferio sur pero en los meses opuestos; si en el hemisferio norte el verano da comienzo el 21 de junio, en esta misma fecha comenzará el invierno en el hemisferio sur.
Por todo ello, cada 21 de junio se celebra el Día Internacional del Sol, una jornada en la que se celebran actividades alrededor del globo terráqueo para venerar al astro principal de la vía láctea.