LA HABANA, 19 Nov. (Notimérica) - -
El cubano José Raúl Capablanca se convirtió en una figura legendaria en toda Cuba en el momento que decidió embarcarse en el mundo del ajedrez. Su precocidad le hizo ganarse el apodo del 'Mozart del Ajedrez'.
La carrera de Capablanca empezó a una edad muy temprana. Con cuatro años, según contaba él, aprendió las reglas del ajedrez observando las partidas que jugaba su padre con sus amigos e incluso se permitió señalar a quién hacia trampas y aconsejarle como jugar. A los cinco años su padre le llevó al Club de Ajedrez de La Habana y ningún jugador fue rival para él.
Ganó el campeonato nacional de ajedrez en 1901 al derrotar a Juan Corzo. Sus resultados académicos le valieron para poder viajar a Estados Unidos con la ayuda de su mecenas, Ramón San Pelayo. En 1905 empezó a frecuentar el Club de Ajedrez de Manhattan y al año siguiente ganaría a Emanuel Lasker, el entonces campeón del mundo, en un torneo local.
En 1911 participó en el Campeonato de San Sebastián, en España, ante la oposición de gran parte de los jugadores. Logró entrar gracias a la recomendación de Frank Marshall. Tras jugar el primer juego todos los participantes reconocieron la valía del cubano y le permitieron quedarse. Este fue el torneo que sirvió como trampolín a su carrera.
Se encontró con Lasker en el Torneo de San Petesburgo en 1914. Sucumbió ante el campeón alemán y su enfrentamiento cambiaría el mundo del ajedrez. Lasker decidió renunciar a su título en 1920 en favor del cubano, al que consideraba más fuerte, pero Capablanca prefirió ganarlo en una partida. El duelo lo ganó el cubano, coronándose así como nuevo campeón del mundo, exactamente el 28 de abril de 1921, hoy hace 96 años.
La victoria ante Lasker convirtió a Capablanca en una máquina imparable que dominó todos los torneos en los que participó. No conoció la derrota hasta su partida contra el ruso Alekhine en 1927, dónde perdió su título mundial. La partida entre estos dos jugadores es una de las más largas de la historia del ajedrez. El ruso no aceptó una revancha y Capablanca nunca pudo recuperar la corona de campeón.
Tras perder el campeonato mundial Capablanca, se retiró un tiempo del mundo del ajedrez. Alentado por su mujer volvió a jugar otra vez. Continuó su carrera hasta su fallecimiento el 8 de marzo de 1942, a causa de una hemorragia cerebral, mientras disputaba una partida en el Club de Ajedrez de Manhattan.
En homenaje a su carrera en 1962 se creó el Torneo Internacional Capablanca in Memoriam, uno de los torneos de ajedrez más importantes de Iberoamérica. El legado que dejó José Raúl Capablanca aún no se ha borrado de la historia de Cuba y su figura se ha vuelto un mito para el ajedrez en Iberoamérica.