MADRID, 21 Jun. (Notimérica) -
En Iberoamérica son varios los pueblos abandonados que tuvieron su época dorada, conocida como 'la fiebre del oro', en la mitad del Siglo XX. Junto a las minas se construyeron viviendas y comercios creando pueblos prósperos en aquella época.
Con el tiempo, los minerales se agotaban, la gente enfermaba o los desastres naturales eran motivos suficientes como para abandonar el pueblo. Algunas veces en su totalidad o, en el mejor de los casos, despoblándose casi por completo.
A pesar de que en estas ciudades casi no vive gente actualmente, o están completamente desiertas, los turistas visitan estos lugares por los encantadores paisajes que preservan. Te presentamos 10 pueblos abandonados de Iberoamérica con sus historias:
HUMBERSTONE Y SANTA LAURA (CHILE)
Son dos antiguas localidades salitreras ubicadas a 47 kilómetros al este de la ciudad de Iquique. Santa Laura, junto con Humberstone, representan los poblados que un día se fundaron cerca de los yacimientos nacionales y que anteriormente contaban con 4.000 habitantes, pero cuando se acabó el auge del mineral, las minas cerraron sus puertas en 1960, obligando a los habitantes a abandonar el lugar.
Estas ciudades están llenas de belleza y misterio. Ambas se encuentran protegidas por la UNESCO como patrimonio mundial. Son una parada obligatoria para los turistas que llegan al desierto de Atacama.
SEWELL (CHILE)
Swell fue una ciudad minera, en la localidad de Machalí, creada por la empresa minera 'Braden Copper Company' en 1904. En sus años de gloria tuvo alrededor de 15.000 habitantes. Para finales de 1970 la empresa decidió trasladar a sus trabajadores y Sewell quedó abandonado.
En la actualidad es un área de trabajo donde aún siguen en operaciones el Concentrador del mismo nombre y unas pocas instalaciones industriales. En el campamento permanecen en pie unos 50 edificios originales, que han sido restaurados para acoger la visita del público.
REAL DE CATORCE (MÉXICO)
La antigua localidad minera se encuentra en San Luis Potosí. Su historia empieza desde el peculiar nombre que posee, ya que fue tomado en homenaje a la corona Real de España y de catorce ladrones que se escondieron en este lugar.
La vida del pueblo transcurrió en medio de la actividad de los mineros que extraían la plata, pero al continuar excavando se encontraron con un manto acuífero que al perforarlo inundó la mina y esta fue cerrada.
Actualmente es un lugar turístico en donde se ofrecen a los visitantes diferentes atractivos como visitas a los matorrales del semidesierto, lugares sagrados para los Huicholes como La Quemada, recorridos a las minas y vistas guiadas al museo de la primera casa de moneda fundada en México.
SAN JUAN PARANGARICUTIRO (MÉXICO)
En Michoacán se acentuó el famoso pueblo San Juan Parangaricutiro, que quedó bajo la lava tras la erupción del volcán Paricutín en 1943.
La caída del material piroclástico obligó a sus habitantes a trasladarse a la ex hacienda 'Los Conejos' en donde reconstruyeron la localidad, hoy conocida como Nuevo San Juan Parangaricutiro.
VILLA EPECUEN (ARGENTINA)
Situada en Carhué, Villa Epecuen fue un pueblo turístico de unos 1.500 habitantes. En 1985 cuando la represa local cedió a las continuas lluvias, las inundaciones fueron constantes hasta llegar a 33 metros de profundidad lo que dejo Epecuen, literalmente, bajo el agua.
Hoy 25 años después, debido a una sequía, este pueblo fantasma ha comenzado a atraer a aventureros hacia las ruinas de este apocalíptico lugar.
FORDLANDIA (BRASIL)
Establecida en 1929 a orillas del río Tapajós, afluente del Amazonas, y fundada por Henry Ford, que estando en la cima de la industria de vehículos tenía una idea para hacer sus procesos más eficientes. Con la intención de producir el hule desde su entorno, compró 15.000 kilómetros cuadrados de selva en Brasil y diseñó un pueblo utópico.
Por diferentes factores su objetivo no tuvo éxito y en 1933 los trabajadores se revelaron y la fabrica se vino a pique. En 4 años y sin producir un solo gramo de hule, el lugar quedó desierto y cubierto de polvo.
CEMENTERIO DE TRENES (BOLIVIA)
El 'cementerio de trenes' en Uyuni en el estado de Potosí fe el primer lugar de Bolivia donde se escuchó el silbido de un tren.
El potencial de las minas de plata de Huanchaca hicieron que el ferrocarril pronto se convirtiera en columna vertebral del desarrollo industrial. Por ella circulaban principalmente vagones cargados de plata. Sin embargo, tiempo después se supo que los trenes se llevaban mineral pero no traían más que pasajeros y trabajadores. El progreso no llegó y las locomotoras entraron en desuso.
HOTEL EL SALTO (COLOMBIA)
En 1990 este majestuoso hotel ubicado en las cataratas de Tequendama cerró sus puertas por motivos que aún son inciertos, aunque se cree que las aguas del río Bogotá fueron contaminadas, lo que obligó a los dueños a clausurarlo.
Esta impresionante construcción fue transformada en museo en 2012, lo que ha atraído a miles de turistas.
ARENAL (COSTA RICA)
Arenal es una localidad que quedó bajo el agua cuando en 1978 el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) comenzó a llenar el embalse del Arenal, el segundo más grande de Centroamérica.
Al igual que Villa Epecuen, Arenal quedó consumida por el lago que tenía cerca. En 1978 las inundaciones cubrieron la ciudad y la hicieron desaparecer. En la actualidad se ha convertido en un paraíso para el buceo de aventura.
EL BATEY (CUBA)
Conocido como el pueblo de las 'fábricas de silencio'. En la antigüedad 'El Batey' albergó importantes fábricas de la industria azucarera, pero con el derrumbe del campo socialista, sus precios preferenciales y los bajos valores del mercado, se fueron a pique.
Ahora es un poblado urbano de 5.000 habitantes que continúan sembrando caña para subsistir. 'Batey Central Merecedita' --uno de los emporios azucareros en el último período del siglo XIX -- es el sitio más visitado de esta zona.
