CIUDAD DE MÉXICO, 8 May. (Notimérica) -
Escondido en el corazón de la Riviera Maya y a tres kilómetros del Chichén Itza (en la península de Yucatán) se ubica la piscina natural Cenote Ik-Kil, un paraíso de visita obligada para turistas y locales, enmarcado en un parque arqueológico lleno de árboles y animales exóticos.
A 35 minutos de la ciudad de Valladolid y a una hora y media de la ciudad de Mérida, el Ik-Kil es una formación natural de origen kárstico y a cielo abierto, que cuenta con una profundidad de unos 40 metros y un diámetro de 60 metros.
Los visitantes pueden aventurarse entre sus aguas de un profundo color azul, previo pago de una entrada por acceso al complejo. Existen dos formas de llegar hasta el cenote: la primera, a través de una escalera excavada en sus laterales que conduce directamente a sus aguas, y la segunda, saltando desde algunos de los escalones, una opción para los más aventureros.
Como parte de su encanto, el Ik-Kil cuenta también con unas largas lianas que llegan desde fuera del pozo hasta su interior y que producen el efecto de cascadas naturales. Además, en las aguas del cenote también habitan pequeños peces, como el pez gato negro.
Para los mayas, la formación era un lugar sagrado y era utilizado como lugar de relajación y zona ritual, aunque no se tienen demasiados detalles sobre el tipo de rituales que se realizaban en la zona.
En la actualidad, el cenote, cuyo nombre se traduce como Azul Sagrado, forma parte de un complejo turístico, que cuenta además con un restaurante, una tienda, vestuarios y trajes para alquilar, así como algunos vestigios de ruinas maya.
Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar también de su gran variedad de flora y fauna, donde destacan las aves silvestres, como los tucanes, loros y las turquesas mot-mot --pájaros de menos tamaño y de numerosos colores--, así como un número importante de insectos y algunos tipos de reptiles.
Cargando el vídeo....