CARACAS, 1 May. (EUROPA PRESS) -
La líder opositora María Corina Machado ha abogado por que se produzca "una transición democrática" en Venezuela, al considerar que el Gobierno de Nicolás Maduro es "una dictadura", en el marco de la crisis política que vive el país iberoamericano.
"Los venezolanos ya hemos decidido que llegó el momento de la transición democrática y por eso seguimos luchando. No descansaré ni un solo día de mi vida hasta lograr la transición democrática", ha dicho en la asamblea ciudadana celebrada en la plaza Andrés Bello de Guanare, en el estado de Portuguesa.
Machado ha advertido al Gobierno de que "el pueblo venezolano seguirá luchando", destacando que "los últimos tres meses de lucha por la libertad han sido gloriosos" y que, gracias a ello, la sociedad venezolana ha cambiado.
"Los venezolanos quieren paz, pero paz sin libertad es sumisión. A nosotros nos unen los valores democráticos que están arraigados en nuestros corazones. Por eso, confío en que juntos vamos a triunfar", ha indicado.
La ex diputada ha sostenido que "en Venezuela hay una dictadura" y ha achacado a esta situación la crisis, no solo política, sino también económica, que sufre la nación caribeña. "No solo porque el régimen sea incompetente y corrupto, sino porque todo esto forma parte de un plan intencional", ha aseverado.
CRISIS VENEZOLANA
Machado fue expulsada el pasado mes de marzo de la Asamblea Nacional por aceptar la invitación de Panamá para explicar, en su turno de palabra, ante la Organización de Estados Americanos (OEA) la crisis venezolana.
La crisis política en Venezuela estalló el pasado 12 de febrero, cuando arrancaron las protestas antigubernamentales y la represión de las mismas por parte de las fuerzas de seguridad y de civiles armados, que ya ha dejado 41 muertos, 674 heridos y 175 detenidos.
Desde entonces, opositores y oficialistas han marchado a diario para repudiar las acciones del contrario y llamar a un diálogo que aún no se ha producido porque la oposición exige antes la liberación de los detenidos, el desarme de los grupos pro gubernamentales y el fin de la represión.
La inestabilidad de Venezuela ha llevado a sus vecinos regionales a reunirse para buscar una solución. La OEA se ha limitado a hacer un llamamiento al diálogo, a pesar de que Panamá había solicitado medidas efectivas, lo que ha llevado a Venezuela a romper las relaciones bilaterales.
La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) fue un paso más allá y, aunque expresó su respaldo a Maduro, creó una comisión de ministros de Exteriores que ha conseguido sentar a la mesa de negociaciones a Gobierno y oposición.