MADRID 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Entre 400 y 500 venezolanos llegan cada día a Chile tras cruzar la frontera de Bolivia, con "necesidades críticas" a las que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se ha comprometido a responder aumentando su ayuda en la zona norte chilena.
La mayoría de quienes llegan a Chile lo hacen a través de pasos irregulares, por ejemplo atravesando el desierto de Atacama, y corren el riesgo de sufrir todo tipo de abusos. Llegan a pie, sin ropa adecuada para soportar las bajas temperaturas --de hasta 20 grados bajo cero por la noche en pleno desierto--.
Al menos 21 personas han muerto en la frontera norte de Chile en lo que va de año y, quienes consiguen completar el trayecto, lo hacen en su mayoría hambrientos y debilitados. A su llegada, se ven abocados en muchas ocasiones a dormir al raso y, al no tener documentación, no pueden lograr un mínimo sustento o seguir el viaje.
La responsable de la oficina de ACNUR en Chile, Rebeca Cenalmor-Rejas, ha recalcado que "todos ellos esperan encontrar seguridad y estabilidad", pero "a menudo", y tras días de caminata, lo primordial es ofrecerles "un apoyo médico urgente".
La agencia de la ONU, que ya ha ayudado este años a unos 20.000 personas en la frontera, colaborará con las autoridades locales para seguir reforzando la asistencia a los venezolanos, con ropa de invierno, dinero en efectivo o asesoramiento legal, entre otras herramientas.
Naciones Unidas estima en más de seis millones los venezolanos que han abandonado su país, en su mayoría para recalar en la región latinoamericana. Cerca de 450.000 están en Chile, donde se han registrado en los últimos meses actos de xenofobia.