BRUSELAS 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha defendido sentarse con Venezuela, Nicaragua y Cuba en cumbres regionales de la UE y Latinoamérica, a un año de la cumbre prevista en el marco de la presidencia de España en el Consejo.
En la rueda de prensa posterior a la reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Buenos Aires, el jefe de la diplomacia europea ha reconocido que las relaciones con algunos países de la zona son difíciles y ha recordado, sin mencionar a Nicaragua, la reciente expulsión de la embajadora de la UE en Managua.
"Quizás un encuentro región a región ofrece oportunidades de diálogo que a nivel bilateral serían más difíciles. Hay diferencias claras con algunos países y gobiernos, ¿eso nos debería llevarnos a no querer sentarnos y compartir mesa y mantel con ellos? No, creo que eso no ayudaría", ha afirmado.
En este sentido, ha defendido el trabajo de la diplomacia como "tarea paciente que necesita marcos, puntos de encuentro y posibilidades de expresar discrepancias" para que se pueda ejercer una presión para que el diálogo político "aporte soluciones", momento en el que ha hecho referencia a las conversaciones de México que reúnen al Gobierno y la oposición de Venezuela y están pendientes de reanudarse.
De esta forma, Borrell ha insistido que con 54 países que conforman las dos regiones no se puede "estar de acuerdo en todo" pero ha defendido "verse más, discutir más y cooperar más". Tras destacar la defensa de los Derechos Humanos como punto clave de las relaciones con la región, el Alto Representante ha asegurado que esta cuestión no es "una exclusiva de los europeos". "Hay una preocupación igual en Latinoamérica, que ha sufrido mucho de violaciones de los Derechos Humanos en un pasado no muy lejano", ha recalcado.
Para el responsable de Exteriores de la UE, de aquí a finales de 2023, cuando se celebre bajo Presidencia española del Consejo una cumbre de líderes europeos y latinoamericanos, "tiene que ser el año de América Latina en Europa y de Europa en América Latina". Es por ello que ha descrito la reunión de ministros de Exteriores en Buenos Aires como el "pistoletazo de salida" para esa meta.