LIMA, 11 Abr. (Notimérica) -
La VIII Cumbre de las Américas, cuya celebración tendrá lugar este viernes y sábado en Lima, estaba previsto que registrara, entre otras cuestiones, la primera visita del mandatario republicano de Estados Unidos, Donald Trump, en América Latina, así como la última representación gubernamental de Cuba con un Castro a la cabeza de la delegación.
Sin embargo, este martes la secretaria de comunicación de la Casa Blanca, Sarah Sanders, indicaba en un escueto mensaje que Donald Trump no asistiría al evento y que tampoco acudiría a la reunión que posteriormente iba a tener lugar con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en la ciudad de Bogotá prevista para el domingo.
"El presidente permanecerá en Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y supervisar el desarrollo de eventos en el mundo", indicaba la misiva de Sanders haciendo referencia a la crisis diplomática surgida por un presunto ataque químico en la localidad siria de Douma por parte de las fuerzas del presidente Bashar Al-Asad.
Por otro lado, el mensaje era emitido tan solo 24 horas después de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos se incautara de una serie de documentos en la oficina personal del abogado del mandatario, Michael Cohen, lo que el presidente Trump ha considerado un "ataque" hacia su país.
El hecho de que Trump no acuda a la cita supone mucho más para la región americana, más allá del hecho de que sea la primera vez --desde la creación de estas reuniones en 1994-- que un presidente estadounidense no estará presente. Tal y como ha informado la Casa Blanca, será el vicepresidente del Gobierno de Estados Unidos, Mike Pence, el que sustituya a Trump en Lima. El vicepresidente llevó a cabo recientemente un gira por Latinoamérica que le llevó a Chile, Colombia, Argentina y Panamá.
En cualquier caso, tal y como indican los expertos, el hecho refleja nuevamente el desinterés que el líder republicano y su Gobierno muestran hacia América Latina. "Dejar pasar esa oportunidad sí tiene que entenderse como una señal de que esta región no es una prioridad", estima a 'BBC Mundo' el exdiplomático de Estados Unidos y dirigente de Estado de Derecho en Diálogo Interamericano, Michael Camilleri.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, anunció este lunes que no estaba previsto que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, fuera a mantener una reunión con Trump en el marco de la Cumbre, algo que hubiera mostrado cierto interés de diálogo con respecto a la construcción del nuevo muro --concretamente, el reemplazo del viejo muro de la zona fronteriza que colinda con el estado mexicano de Chihuahua, obra iniciada esta semana-- así como con respecto a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Y es que el rechazo que el mandatario estadounidense ha mostrado hacia la comunidad latina en Estados Unidos, así como las medidas restrictivas de su política exterior con respecto al resto de países latinoamericanos, ha acabado por hacer mella también en la imagen del país norteamericano en el resto de la región.
La cada vez mayor inclusión de la economía china en la región como socio comercial principal hace peligrar, especialmente en estas circunstancias, los acuerdos y acercamientos con la política estadounidense de la Administración Trump. Más teniendo en cuenta que además decidió desligarse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), que incluía a países iberoamericanos y asiáticos.
"Que Trump no vaya a Latinoamérica es una pérdida para la administración estadounidense, especialmente cuando Washington quiere presentarse como un socio preferencial frente a China", explicaba a 'AFP' el director del centro sobre Latinoamérica del Atlantic Council, Jason Marczak.
Asimismo, se esperaba que la presencia de Trump en la Cumbre de las Américas pudiera, cuanto menos, afianzar la presión conjunta de la región hacia el Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien no está invitado formalmente a la cita. Dado que el Gobierno estadounidense ha impuesto estrictas sanciones económicas al país, se esperaba el liderazgo de Trump de cara a posibles acuerdos o pactos con respecto a la situación política y social del país sudamericano.
La ausencia del mandatario norteamericano representa una oportunidad para los países afines a Venezuela, como Bolivia y Nicaragua, de no acudir a la cita bajo el argumento de solidaridad con Maduro --como ya ha hecho Antigua y Barbuda-- pero, en realidad, aprovechando la ausencia del estadounidense, tal y como indica a 'AlNavio' el experto en política internacional Oscar Vidarte.
De hecho, el presidente boliviano, Evo Morales, indicaba tras el anuncio de la Casa Blanca que iba a considerar la posibilidad de acudir a la cita. "Quería encontrarme con el presidente de Estados Unidos cara a cara para debatir políticas económicas, políticas sociales. No viene, dice, ¿qué hacemos ahora?", manifestaba Morales.