MADRID 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora humanitaria de la ONU para Sudán, Clementine Nkweta-Salami, ha lamentado este sábado la escalada de violencia en el estado de Gezira, en Sudán, y ha denunciado "crímenes atroces" contra civiles durante la ofensiva de los últimos días lanzada por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
"Estoy conmocionada y profundamente consternada por el hecho de que violaciones de Derechos Humanos como las que se produjeron en Darfur el año pasado --violaciones, ataques selectivos, violencia sexual y homicidios en masa-- se estén repitiendo en el estado de Gezira. Son crímenes atroces", ha declarado.
En un comunicado, Nkweta-Salami ha recordado que el Derecho Internacional Humanitario prohíbe los ataques a "civiles, bienes de carácter civil e infraestructuras públicas": "Es inaceptable y debe cesar inmediatamente. Hay que proteger a los civiles dondequiera que estén", ha señalado sobre un conflicto "que ya se ha cobrado demasiadas vidas".
Estas palabras se producen después de que activistas locales hayan denunciado la muerte de más de 200 personas en una ola de masacres de las RSF contra Gezira, en el este de Sudán, que tuvo lugar la semana pasada y en la que numerosos civiles resultaron heridos.
Los ataques comenzaron el jueves en varias poblaciones de la zona de Tambul, donde decenas de civiles murieron a manos de los paramilitares en Zurqa, Safita al Ghunomab, Maknun, Tambul ciudad, Deim Elias. También se registraron ataques contra Kamelin, dejando al menos 50 muertos y más de 200 heridos, y en Al Suhra, donde al menos 124 personas murieron y más de 100 resultaron heridas.
De acuerdo a las informaciones de Naciones Unidas, los combatientes "dispararon indiscriminadamente contra civiles, perpetraron actos de violencia sexual contra mujeres y niñas, cometieron saqueos generalizados de mercados y viviendas e incendiaron granjas".
Además, los habitantes de dichas localidades fueron objeto de "agresiones físicas, humillaciones y amenazas", por lo que "miles de familias" se han visto obligadas a huir de sus hogares, desplazándose a otros puntos de Gezira o bien a los estados de Gedaref y Kassala.
Las RSF no se han pronunciado sobre estos ataques pero llevan días acusando a la población civil de esconder a simpatizantes de un "desertor", identificado como Abú Aqla Kakil, un alto comandante en Gezira que anunció la semana pasada que abandonaba el cargo.
Nkweta-Salami ha asegurado que tanto los equipos de la ONU como de las organizaciones socias ya están trabajando para brindar asistencia a los cientos de desplazados por la escalada de hostilidades entre el Ejército de Sudán y las RSF.