BUENOS AIRES, 18 Dic. (Notimérica) -
Sergio Todisco y María Ortiz Municoy, antiguo matrimonio y dueños de la empresa argentina Textilana e investigados como presuntos partícipes de la causa de los 'cuadernos de las coimas', se han declarado arrepentidos ante el fiscal encargado del caso, Carlos Stornelli, poniendo con sus declaraciones en una situación procesal complicada a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Todisco y Ortiz Municoy, presuntos testaferros del exsecretario privado de el fallecido presidente Néstor Kirchner y su mujer, Daniel Muñoz, han revelado detalles sobre la financiación de algunas campañas electorales de Cristina Kirchner, actualmente acusada de asociación ilícita, lavado de dinero y administración fraudulenta, entre otros.
Asimismo, fuentes judiciales han declarado al diario argentino 'Clarín' que ambos habrían revelado que Muñoz recurrió a la compra de 16 apartamentos en Miami y Nueva York con los que obtenía una lucración de 100.000 dólares al mes que se cambiaban con dos financieras de Mar del Plata.
Estas declaraciones llegan en un momento crucial, ya que esta semana la Cámara Federal porteña ratificará o rechazará los procesamientos dictados por el juez Claudio Bonadio y, a comienzos de 2019, la investigación será elevada a juicio oral y público.
Los jueces de la Sala I de la Cámara Federal encargados de revisar los procesamientos de la causa, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, han terminado de escuchar los alegatos de Kirchner y los 41 imputados dispuestos por Bonadio y han anunciado que cambiarán las calificaciones de algunos delitos. Como integrantes de la sala, Bruglio y Bertuzzi también serán quienes revisen las decisiones de Bonadio.
CUADERNOS DE LAS COIMAS
La trama de los 'cuadernos de las coimas', denominado así por los medios de comunicación, salió a la luz en 2003 de la mano de Óscar Centeno, un exmilitar retirado que se ocupaba de la movilidad de la madre del entonces ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, quien actualmente acumula varias acusaciones de corrupción y asociación ilícita.
En contacto con el poder, Centeno transportó durante diez años bolsos repletos de dinero negro que, posteriormente se adjudicarían a un entramado de corrupción entre altos cargos políticos y empresariales argentinos que involucraban contratos estatales.
Así, mientras trabajaba como chófer, Centeno comenzó a tomar nota, supuestamente, del dinero que se entregaba y se cobraba, el cual se investiga si era para la adjudicación de obra pública durante las Presidencias de Néstor Kirchner y su mujer.
De esta manera, y a través de lo apuntado en los textos, el juez Claudio Bonadio --quien previamente y en relación con otros casos ya había pedido prisión preventiva de Cristina Fernández de Kirchner, quien actualmente es aforada por su cargo de senadora-- ordenó la detención de más de una decena de personas relacionadas con la trama.