MADRID, 8 Ene. (Notimérica) -
El año que acaba de ser despedido, 2017, ha registrado grandes noticias y sorpresas en toda la región iberoamericana. El atisbo de un giro a la derecha en la política regional, los grandes desastres naturales, la corrupción filtrada hasta las más altas esferas de la sociedad o accidentes inesperados, como la desaparición del submarino ARA San Juan, han copado las portadas de los medios y la actualidad informativa de todo el territorio.
Es obvio que muchas de las noticias que coparán las principales portadas de los medios de comunicación y que más darán que hablar a lo largo del año 2018 serán imprevisibles. Sin embargo, sí puede llevarse a cabo un acercamiento a aquellas líneas políticas, económicas o sociales que, desde el pasado año, vienen desarrollándose y sin duda dejarán numesosos reportes informativos en toda la región.
POLÍTICA
Tras casi una década de predominancia de la izquierda en la mayoría de los gobiernos de la región, parece que un giro a la derecha se está 'cocinando' en el electorado. Este desplazamiento a la derecha se dejó ya intuir en el año 2017 con la ascendencia al poder de candidatos conservadores en varios países. Este fue el caso de Chile, donde Sebastián Piñera, representante de Renovación Nacional, se convirtió en el nuevo inquilino del palacio de La Moneda. En Honduras, y tras unas elecciones generales muy polémicas, el candidato oficialista Juan Orlando Hernández logró hacerse finalmente con la Presidencia del país.
La elección de estos nuevos líderes muestra el desgaste de las políticas que han regido la región durante los últimos tiempos. Además, se suman las investiduras, de años anteriores, de otros candidatos de derecha o centro-derecha como el argentino Mauricio Macri, el brasileño Michel Temer --presidente tras la ejecución de un impeachment a Dilma Rousseff-- o el peruano Pedro Pablo Kuczynski.
Durante el 2018 se celebrarán importantes comicios en: México, Colombia, Brasil, Paraguay, Costa Rica e incluso bastiones históricos de la izquierda, como Cuba o Venezuela, tienen previsto renovar a sus gobernantes durante este año. Las seis elecciones presidenciales y la sustitución del presidente en el caso de Cuba podrían dar un vuelco a la política regional, con cambios tan relevantes como el fin del poder de los Castros, la salida de la Presidencia de Maduro o la llegada a la política de las FARC.
México tiene previsto celebrar sus presidenciales el próximo 1 de julio. El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece el actual presidente Enrique Peña Nieto, será José Antonio Meade. Como principales rivales de Meade se postulan el expresidente del PRI Andrés Manuel López Obrador, que será candidato de la coalición tripartita 'Juntos haremos historia' --formada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES)--. Por su parte, el histórico Partido Acción Nacional (PAN) se presentará también en coalición con otros dos partidos --el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento Ciudadano (MC)--, bajo el nombre 'Por México al Frente' aunque todavía no han definido a su candidato.
En Colombia, los ciudadanos estarán llamados a unas elecciones presidenciales históricas el 27 de mayo. Estos comicios serán los primeros a los que concurrirá la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido surgido de la ex-guerrilla que contará como cabeza de lista con Rodrigo Londoño alias 'Timochenko', antiguo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Como candidato del 'uribismo', opuesto firmemente al Acuerdo de Paz y con una considerable masa social, se postulará Iván Duque si bien, a día de hoy, el candidato que mejores resultados obtiene en intención de voto es Sergio Fajardo, líder de Compromiso Ciudadano, que se presentará como primera espada de Coalición Colombia.
Para los brasileños el momento de decidir llegará el 7 de octubre. El país deberá elegir el reemplazo de Michel Temer en un momento de fuerte crisis económica y social, y una lista de políticos condenados por corrupción que no deja de crecer. El mejor situado para ganar la Presidencia según las encuestas es el expresidente Luiz Inácio 'Lula' da Silva que, apesar de haber sido condenado por corrupción, representa para muchos brasileños la mejor opción política para el país. El problema está en que si 'Lula' es condenado en segunda instancia el próximo 24 de enero en el marco de la causa 'Lava Jato' quedaría inhabilitado.
El segundo candidato mejor situado para hacerse con el Palacio de Alvorada es el líder del Partido Social Cristiano, Jair Bolsonaro, nacionalista de extrema derecha. Por su parte, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece el actual presidente, tiene muy complicado continuar gobernando. De confirmarse lo que apuntan las encuestas, Brasil sería de los pocos países en los que la izquierda parte con ventaja.
Por su parte, Venezuela casi siempre está en el foco mediático y en 2018 todo parece indicar que así seguirá siendo. El presidente del país, Nicolás Maduro, afirmó el pasado año que durante el tercer trimestre de 2018 se celebrarían elecciones presidenciales, lo que podría suponer la salida del chavismo de la Presidencia y el fin de uno de los feudos históricos de la izquierda iberoamericana. El año 2017 fue muy duro para el país. Entre abril y agosto, tras la creación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se produjeron protestas que se saldaron con más de un centenar de muertos. Además, en lo económico, el país seguirá sufriendo durante 2018 las consecuencias de una terrible inflación que ha depreciado el bolívar hasta casi cero y que produce el desabastecimiento de productos básicos para la población.
La otra gran prueba para la izquierda iberoamericana tendrá lugar en la isla de Cuba. El 2017 ha sido el primero que ha pasado sin Fidel Castro y ahora su actual líder, Raúl Castro, podría abandonar las labores de presidente en febrero de este año. Aunque algunos apuntan a que el apellido Castro continuará vinculado al destino de Cuba con el hijo de Raúl, Alejandro Castro Espín, al frente del país. Por otro, existe la posibilidad de que el sucesor de Castro al frente del país sea el actual vicepresidente, Miguel Díaz-Canel.
ECONOMÍA
Si se atiende a los grandes organismos económicos internacionales las perspectivas para la economía iberoamericana en 2018 son de crecimiento. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) cifra en un 2,2 por ciento el crecimiento de la región para 2018. Brasil y Argentina, las dos mayores economías de la región, supondrán de nuevo el eje central del aumento del Producto Interior Bruto (PIB) iberoamericano en 2018, con un Brasil que crecerá entre un 1,5 y un 2 por ciento, un gran dato si tenemos en cuenta que el país cerró el año 2016 con una contracción de su economía del 3,6 por ciento. Por su parte, el FMI apunta que Argentina --que este año ejercerá la Presidencia del G20--, mantendrá su crecimiento económico durante dos años seguidos, por primera vez desde 2011.
La situación económica en México estará marcada por lo que resulte finalmente de las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Lograr un acuerdo que siga facilitando el comercio continental será clave para afianzar el crecimiento del país azteca y de toda la región. A pesar de todo, CEPAL augura que la economía mexicana crecerá un 2,2 por ciento este año. Sin embargo, la excepción a este crecimiento económico regional generalizado la pondrá Venezuela. El FMI ha estimado que el país continuará en decrecimiento y perderá este año un 6 por ciento de su PIB, tras haber cerrado 2017 con una pérdida del 12 por ciento.
Otro hecho que marcará la actualidad económica este 2018 será el posible desenlace de las negociaciones para el acuerdo entre MERCOSUR y la Unión Europea. Después de más de 20 años de negociaciones, y con interrupciones sonadas, parece que la rúbrica que daría inicio a una relación histórica podría estar cerca.
SOCIEDAD
Este 2018 debe ser el año para que los países de la región impulsen nuevas políticas de derechos sociales que ayuden a reducir la violencia y la vulnerabilidad social, especialmente contra mujeres y niñas. El pasado 2017 fue un año muy violento en el que los sectores más débiles de la población sufrieron los abusos del crimen organizado y el narcotráfico.
Uno de los ejemplos más claros es México, donde el pasado año fue el peor lugar para ser mujer y niña: solo en los seis primeros meses 914 mujeres fueron asesinadas y 3.174, la mayoría niñas, desaparecieron. Además, el país azteca fue el uno de los escenarios más peligrosos para los periodistas, donde se han dado la mayor parte de los asesinatos --que casi alcanzan el medio centenar-- de toda la región. Por su parte, en Colombia la violencia se cebó con los líderes sociales, cuyos asesinatos se han convertido en algo habitual, igual que sus exigencias de protección al Gobierno de Juan Manuel Santos.
La sociedad iberoamericana deberá estar alerta ante los retrocesos en materia de derechos sociales y humanos. El pasado año por ejemplo en Brasil un juez permitió tratar la homosexualidad como una enfermedad, algo que los colectivos LGTBI no tardaron en denunciar a la vez que protestaron al concerse que el país sudamericano encabezó la lista de muertes por homofobia el pasado año. Además, la llegada de Piñeda a la Presidencia de Chile amenaza algunas de políticas sociales establecidas por Michelle Bachelet, como la Ley del Aborto en tres causales, o la del matrimonio homosexual.
También este año habrá que tener muy en cuenta los flujos migratorios en la región, una de las constantes problemáticas más históricas y complicadas de Iberoamérica. La crisis en Venezuela puede convertirse en un foco de tensiones entre estados y es que de no mejorar la situación muchas personas podrían tener que dejar el país. Más al norte estará en juego también el futuro de muchos iberoamericanos, la construcción del famoso muro entre los Estados Unidos y México --que oficialmente comenzaría este 2018-- preocupa y mucho en el país azteca, que cada año sirve como conexión entre América del Sur y los Estados Unidos a cientos de miles de migrantes. Además, el posible retorno obligado de los llamados 'dreamers', unos 800.000 jóvenes, no solo agravaría la crisis migratoria sino también la diplomática entre ambos estados.