SAN SALVADOR, 28 Ene. (Reuters/EP) -
Los líderes de las principales pandillas de El Salvador ha pedido este martes al Gobierno de El Salvador dialogar para reducir los elevados niveles de homicidios, así como para detener medidas de confrontación en contra de sus miembros, después de que se autorizase a los policías a dispararles cuando estén bajo amenaza.
Los pandilleros, jefes de las conocidas 'maras' han dicho a través de un comunicado que desde el 17 de enero lanzaron una iniciativa para reducir las muertes violentas en lo que llamaron una señal de "buena voluntad".
El anuncio sigue a las declaraciones hechas la semana pasada por el vicepresidente del país centroamericano, Óscar Ortiz, quien dijo que los policías no debían temer a las consecuencias de disparar contra los pandilleros en el cumplimiento de su deber.
"Cualquier miembro de la Policía, nuestra policía, que en cumplimiento de su deber (...) deba hacer uso de su arma de fuego, debe hacerlo sin ningún temor de sufrir consecuencias por ello", dijo Ortiz.
Al día siguiente, el 22 de enero, no se registraron muertes en el país de acuerdo con la Policía, algo que no sucedía desde abril de 2012 cuando inició la tregua entre pandillas que redujo a la mitad los homicidios.
Los líderes de las 'maras' han señalado este martes que "la difícil situación por la que atraviesa el país requiere de acciones proactivas y de mensajes que aboguen por la paz y no de desesperadas acciones que lo único que hacen es tocar tambores de guerra y por consecuencia avivan la fogata de la violencia".
EL GOBIERNO SE NIEGA A NEGOCIAR
"El Gobierno de El Salvador reitera lo expresado a inicios de este año por el presidente Salvador Sánchez Cerén en cuanto a que no negocia, ni negociará con grupos criminales de ningún tipo, sino que cumple con su mandato de aplicar la ley", ha indicado la Presidencia en un comunicado.
El pronunciamiento de las pandillas ocurre también cuando las autoridades han anunciado que algunos miembros de las 'maras' están siendo trasladados a una cárcel de máxima seguridad y que han pedido al Congreso para endurecer las penas a quienes atenten contra policías, militares, jueces y fiscales.
El Salvador, considerado uno de los países más violentos del planeta, atraviesa por una ola de homicidios, asesinatos de policías y masacres atribuidas a las 'maras', por la constante batalla por el control de las extorsiones y el tráfico de drogas. Siete policías han sido asesinados en lo que va del año.
Los cabecillas de estas pandillas sostienen que ellos no son los únicos responsables de las muertes en el país, y responsabilizan a la policía por los enfrentamientos y a grupos de exterminio de estar detrás de las masacres.
"Las 'maras' y pandillas de El Salvador estamos listas para entrar en un proceso serio de búsqueda de la paz, como se nos ha propuesto por aquellos que tienen un genuino interés de trabajar por ella", han sostenido los líderes.