MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha denunciado este viernes que las Fuerzas Armadas de República Democrática del Congo (FARDC) han llevado a cabo ataques contra la comunidad banyamulenge, una minoría tutsi congoleña, "bajo el pretexto de que son ruandeses", lo que "contradice" e "impide" el proceso de paz en el este del país.
"En estas condiciones, participar en un proceso de paz y, al mismo tiempo, llevar a cabo ataques aéreos y bombardeos con artillería pesada contra la población civil es contradictorio e inaceptable", ha sostenido en un comunicado el portavoz del grupo rebelde, Lawrence Kanyuka.
Según él, las FARDC, conjuntamente con los grupos de autodefensa congoleños Wazalendo y con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --fundada por hutus huidos tras el genocidio en Ruanda en 1994--, están llevando a cabo ataques "mediante bombardeos de artillería pesada, aviones no tripulados de ataque y de combate".
"Mientras nuestra organización sigue defendiendo el alto el fuego, estos ataques indiscriminados están matando a civiles, destruyendo infraestructuras y agravando la crisis humanitaria", ha dicho, al sostener que llevan desde hace ocho años realizando "incesantes ataques" en la región de Minembwe.
Por ejemplo, ha explicado, el pasado 10 de marzo, "las fuerzas de coalición del régimen de Kinsasa atacaron deliberadamente el aeropuerto de Minembwe, destruyendo la pista de aterrizaje y cortando de hecho todas las posibilidades de entrega de ayuda humanitaria de emergencia a esta población asediada y aislada".
"Bajo el pretexto de las operaciones de seguridad, los hogares de los civiles están siendo atacados, saqueados y desvalijados. Esta campaña de violencia, orquestada por Kinshasa contra la población civil, expone una vez más el sadismo y la hipocresía de este régimen en sus supuestos esfuerzos de paz", ha aseverado.
También ha puesto como ejemplo otros ataques presuntamente llevados a cabo por las Fuerzas Armadas congoleñas, entre ellas, el ataque "a gran escala" contra civiles de la citada región el pasado 19 de marzo o los ataques dos días después contra jóvenes del grupo armado Twirwaneho, que dice defender los intereses de la comunidad banyamulenge.
Estos hechos han sucedido un día después de que el M23 tomara el control del enclave minero ubicado en la ciudad de Walikale, en el este del país, y tan solo dos días tras la reunión de los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, que pidieron un alto el fuego "inmediato e incondicional".
El M23, integrado principalmente por tutsis congoleños, ha logrado importantes avances territoriales durante las últimas semanas, una ofensiva que ha llevado a República Democrática del Congo a acusar directamente a Ruanda de desplegar tropas en su territorio para apoyar las operaciones del M23 en medio de los llamamientos regionales a un alto el fuego y un proceso de paz.
Las autoridades ruandesas acusan al Gobierno de RDC de reprimir a los tutsis congoleños, que suponen una minoría en el este del país africano, con apoyo de grupos armados como las FDLR y otras milicias locales.