MADRID, 18 Nov. (Notimérica) -
El general Rubén Darío Alzate, de 55 años y originario de Palmira, Valle del Cauca, en Colombia, se encuentra actualmente secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Rubén Darío Alzate ingresó al Ejército Nacional el 26 de enero de 1981 y se graduó como subteniente el 1 de diciembre de 1983. Desde entonces, lleva 31 dedicado a las Fuerzas Armadas.
A finales de este año, Alzate cumplirá tres años como brigadier general del Ejército y en el año 2011 fue ascendido como uno de los mejores oficiales de esa fuerza.
Entre sus diversos cargos, fue director nacional de los Gaulas militares -responsables de combatir el secuestro y extorsión en zonas rurales apartadas-, oficial de operaciones de la Brigada Móvil Nº 5, comandante del Grupo de Caballería Mecanizado General Rincón Quiñónez, director de la Escuela de Caballería y comandante de la Brigada Móvil Nº 17, tal y como indica 'El País' de Colombia.
Su cargo le otorgó 10 reconocimientos, siete medallas y tres condecoraciones, como el orden del Mérito Militar Antonio Nariño y la medalla Servicios Unidos por la Paz de la Fuerza Multinacional de Observación.
En enero de este año, el mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, le encargó asumir la nueva Fuerza de Tarea Conjunta Titán, creada para combatir el terrorismo y las bandas criminales en los departamentos de Chocó y Antioquia.
Hoy en día, el general está casado con Claudia Evelia Farfán Castro, con quien tiene dos hijos, María Paula y Juan Pablo, que están siendo acompañados por el Gobierno hasta que se resuelva su situación.
LA FUERZA DE TAREA TITÁN
La Fuerza de Tarea Titán, encabezada por el general Rubén Darío Alzate Mora, fue activada en enero de este año, tiene jurisdicción en 22 municipios de Chocó y dos de Antioquia, con cerca de 2.500 uniformados.
Fue establecida con el objetivo de desarmar las estructuras de los frentes 34 y 57 de las FARC y el frente de guerra occidental del ELN, así como de integrar y potenciar las capacidades operacionales para neutralizar el sistema de amenaza terrorista y alcanzar los niveles necesarios de seguridad que garanticen las gestiones estatales de desarrollo.