Supervivientes e historiadores reivindican la memoria para que no se repita este "crimen monstruoso"
El jefe de DDHH de la ONU alerta de un aumento "galopante" del antisemitismo a nivel global
MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
El mundo conmemorará este lunes el 80 aniversario de la liberación del campo de concentración y extermino de Auschwitz-Birkenau, donde más de un millón de personas fueron asesinadas por la Alemania Nazi, la mayoría de ellos judíos. Cientos de actos de recuerdo a las víctimas servirán este 27 de enero para poner sobre la mesa la importancia de hacer frente al antisemitismo y honrar a quienes perecieron durante el Holocausto.
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha insistido recientemente en la "gran responsabilidad" de Alemania a la hora de "mantener la memoria viva" sobre los horrores que sucedieron en estos 'campos de la muerte' construidos por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial y repartidos en varios países. Se estima que once millones de personas murieron durante este periodo, seis millones de ellas debido a la conocida como 'solución final', con la que exterminaron a dos tercios de la población judía europea.
Scholz ha mostrado una clara oposición a los discursos antisemitas, que han aumentado durante el último año, y ha expresado su "preocupación" por la "normalización de este tipo de sentimientos, especialmente a través de redes sociales". "Existe una gran amenaza para las poblaciones judías", ha lamentado durante un encuentro con comunidades judías en Frankfurt.
"Estoy en contra de pasar de página, decir que fue hace demasiado tiempo", ha aclarado antes de subrayar la importancia de explicar lo sucedido a las próximas generaciones. "Nuestra responsabilidad no va a terminar nunca", ha puntualizado el canciller, que considera que las historias del Holocausto no son solo históricas sino también "personales".
Los actos conmemorativos que tendrán lugar en el campo, situado en la actual Polonia, congregarán a líderes de todo el mundo y se centrarán en la liberación del mismo a manos del Ejército Rojo y el impacto global del genocidio, con especial hincapié en la necesidad de lograr comunidades "libres de odio" mediante un discurso "inclusivo", tal y como han indicado las autoridades polacas.
El presidente polaco, Andrzej Duda, ha recordado que el país es ahora un "refugio seguro para los judíos" y ha pedido al Gobierno no arrestar al primer ministro, Benjamin Netanyahu, en caso de que pise el país con motivo de la cita a pesar de que en su contra pesa una orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI) en relación con la ofensiva israelí lanzada contra Gaza, donde han muerto ya más de 47.000 personas.
"La importancia de estos aniversarios reside en la posibilidad de reunirse por última vez con los supervivientes, que tienen la oportunidad de dar su testimonio, fundamental para la seguridad del mundo y para la protección de la dignidad humana y sus valores", ha explicado Duda.
Tras la breve disputa entre Duda y el primer ministro, Donald Tusk, sobre la posible detención de Netanyahu, este último ha acabado por avalar su presencia en el evento y ha garantizado la seguridad de la delegación israelí, que finalmente estará encabezada por el ministro de Educación, Yoav Kisch. En este sentido, fuentes cercanas al Gobierno israelí apuntan a que el primer ministro no tiene previsto asistir.
Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha advertido de que lo sucedido "puede volver a pasar" y ha señalado que las "conmemoraciones de este tipo permiten reconocer el pasado" aunque "deben servir también para examinar el presente y mirar al futuro".
Turk ha aprovechado la ocasión para denunciar que "la retórica del odio" sigue escuchándose "en gran parte del mundo". "El antisemitismo crece de forma galopante, en las calles y en Internet. Los judíos se enfrentan a una creciente intimidación, amenazas y violencia", ha afirmado.
"Muy a menudo, la discriminación y la deshumanización siguen ganando la partida sobre la solidaridad y la compasión; la diversidad es vista como una amenaza en vez de como algo que debe ser atesorado, y muchos líderes están socavando y debilitando el Estado de Derecho", ha puntualizado antes de incidir en la importancia de luchar a favor de la dignidad y contra la "intolerancia".
VÍCTIMAS Y TESTIMONIOS
Margot Friedlander, una de las últimas supervivientes del Holocausto, ha recalcado que para ella no ha pasado el tiempo. La mujer, de 103 años, ha reafirmado que son los supervivientes los que "saben qué sucedió y cómo fue". Friedlander fue prisionera del campo de Theresienstadt, en Terezin, República Checa, mientras que su madre y su hermano fueron asesinado en Auschwitz. "Perdí a toda mi familia", cuenta en declaraciones a la agencia de noticias DPA.
Sobre el aumento del extremismo y los discursos de ultraderecha en Europa, Friedlander ha lamentado que "entonces también empezó así". "Tengan cuidado. No lo hagan. Respesten a las personas, eso es lo más importante", ha sostenido.
Andrea Low, directora del Centro de Estudios sobre el Holocausto de Múnich, ha recalcado que cifras de Auschwitz y el Holocausto reflejan un "crimen monstruoso" y ha defendido que los testimonios ayudan a la nuevas generaciones a "darle dimensión" a lo sucedido. "Eran personas como tú y yo que fueron arrancadas de sus vidas", ha añadido.
La directora del centro de memoria histórica ubicado en la casa en la que se llevó a cabo la Conferencia de Wannsee donde se diseñó la implantación de la 'solución final', Deborah Hartmann, ha abogado por evitar términos como "inimaginable" o "incomprensible".
"Hoy, la referencia a lo "inimaginable" aumenta la distancia histórica", ha explicado, al tiempo que ha afirmado que se pueden seguir todos los pasos del asesinato en masa dado que fue "planificado burocráticamente".
HISTORIA DEL CAMPO
El campo se creó en 1940 cerca de Oswiecim, en la Polonia ocupada. Inicialmente su cometido era el de prisión para los polacos detenidos durante las redadas masivas, pero terminó convirtiéndose en el mayor centro de exterminio de judíos europeos una vez que comenzaron las deportaciones en 1942.
De los alrededor de 1,3 millones de personas que fueron deportadas a Auschwitz, unos 1,1 millones, de los que alrededor de un millón eran judíos, se cree que perecieron allí, según los datos del Memorial y Museo Auschwitz-Birkenau. Unos 900.000 judíos fueron asesinados en las cámaras de gas inmediatamente después de llegar al campo y sus cuerpos quemados en el crematorio.
Además, alrededor de la mitad de los 400.000 prisioneros registrados en el campo perecieron en él. Separados por etnias, la cifra incluía a unos 100.000 judíos, 70.000 polacos, más de 20.000 gitanos y unos 14.000 prisioneros de guerra soviéticos, aunque también había disidentes, testigos de Jehová, homosexuales y comunistas, entre otros.
El centro de exterminio jugó un papel significativo en el plan alemán de asesinar a los judíos europeos. A finales de 1943, los trenes llegaban a Auschwitz con regularidad con judíos procedentes de todos los países europeos ocupados por Alemania, desde Noruega hasta la isla griega de Rodas, frente a Turquía.
El campo estaba compuesto por dos partes. El llamado campo Auschwitz I, donde había unos 15.000 prisioneros, y el campo de Birkenau, situado a unos tres kilómetros de Oswiecim, donde fueron asesinadas la mayoría de las víctimas. Birkenau contaba con más de 90.000 prisioneros en 1944.
Varios días antes de su liberación, los alemanes obligaron a casi 60.000 exhaustos prisioneros a marchar hacia el oeste para trasladarlos a otros campos de concentración. Se estima que entre 9.000 y 15.000 de ellos perecieron en esa marcha de la muerte. Cuando el Ejército Rojo soviético liberó el campo el 27 de enero de 1945 tan solo se encontró a unos 7.000 prisioneros.