Publicado 25/11/2024 12:44

HRW tilda de "aparente crimen de guerra" el bombardeo de Israel que mató a tres periodistas en Líbano

Archivo - Un vehículo de prensa dañado tras un bombardeo del Ejército de Israel contra un resort que alojaba a periodistas en la ciudad de Hasbaya, en el sur de Líbano (archivo)
Archivo - Un vehículo de prensa dañado tras un bombardeo del Ejército de Israel contra un resort que alojaba a periodistas en la ciudad de Hasbaya, en el sur de Líbano (archivo) - Europa Press/Contacto/Taher Abu Hamdan - Archivo

La ONG afirma que en el ataque fue usada una bomba equipada con un kit de guía de fabricación estadounidense

MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha afirmado este lunes que el bombardeo ejecutado por Israel que mató en octubre a tres periodistas en Líbano habría sido un "ataque deliberado" contra civiles perpetrado con componentes estadounidenses, antes de recalcar que supuso "un aparente crimen de guerra" cometido por las fuerzas israelíes en el marco del conflicto con el partido-milicia chií Hezbolá.

El ataque, perpetrado el 25 de octubre y que causó heridas a otros cuatro reporteros, alcanzó un edificio en la localidad libanesa de Hasbaya en el que se encontraban durmiendo más de diez periodistas que trabajan para medios libaneses y árabes enviados a la zona para cubrir las hostilidades.

HRW ha determinado que las fuerzas israelíes llevaron a cabo el ataque usando una bomba lanzada desde el aire equipada con la conocida como Munición de Ataque Directo Conjunto, fabricada por la empresa estadounidense Boeing, motivo por el que ha reclamado a Washington la suspensión de la transferencia de armas a Israel por sus "reiterados" ataques contra civiles, que podrían hacer que funcionarios estadounidenses sean cómplices en crímenes de guerra.

"El uso por parte de Israel de armamento estadounidense para atacar de forma ilegal y matar a periodistas, lejos de cualquier objetivo militar, es una mancha terrible para Estados Unidos e Israel", ha dicho Richard Weir, investigador para crisis, conflicto y armamento en la organización no gubernamental.

Así, ha hecho hincapié en que "la falta de cualquier consecuencia ante los ataques mortales previos por parte del Ejército de Israel contra periodistas dan pocas esperanzas para una rendición en esta o cualquier violación futura contra los medios".

El ataque tuvo lugar en torno a las 3.00 horas (hora local) contra un complejo turístico en Hasbaya, donde los periodistas llevaban más de tres semanas. HRW ha recalcado que no ha hallado pruebas de que en la zona hubiera combates, fuerzas militares o actividad militar en el momento del bombardeo.

En esta línea, ha remarcado que la información recibida apunta a que el Ejército de Israel sabía o debía saber que los periodistas estaban en la zona. Inmediatamente después del ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que habían atacado un edificio en el que "operaban terroristas", si bien posteriormente dijo que el incidente estaba siendo "revisado".

La organización no gubernamental ha entrevistado a ocho personas que estaban en el resort o en sus alrededores, incluidos tres periodistas heridos y el propietario de las instalaciones. Además, visitó el lugar el 1 de noviembre y verificó seis vídeos y 22 fotografías del ataque y sus consecuencias, así como imágenes por satélite, sin que los ejércitos de Israel y Líbano hayan respondido a sus cartas.

El bombardeo mató a Ghasán Najar, periodista y cámara de Al Mayadeen, y a Mohamed Reda, técnico de esta misma cadena, así como a Uisam Kasem, cámara de la cadena de televisión Al Manar, vinculada a Hezbolá. Al Mayadeen mantiene una línea editorial cercana al partido-milicia chií y al Gobierno de Siria.

DECLARACIONES DE VÍCTIMAS Y TESTIGOS

Las imágenes verificadas por HRW tras el ataque muestran que el edificio alcanzado quedó totalmente destruido, mientras que otros situados en la zona sufrieron daños. El derrumbe de un muro en un edificio adyacente causó heridas graves a Hasán Hoteit, cámara de ISOL for Broadcast, mientras que otros reporteros resultaron heridos en otras estructuras.

Ali Mortada, cámara de la cadena de televisión qatarí Al Yazira, ha relatado que se despertó por el estallido y la caída sobre él de varios trozos de cemento, hiriéndole en la cara y un brazo. Tras ello, halló a Hoteit y vio los cuerpos de los tres periodistas fallecidos.

Poco después, el conserje comunicó a los presentes que había hallado dos piernas amputadas en una habitación, mientras que Ehab el Okdi, periodista de Al Yazira que se alojaba en el resort, afirmó que también había visto restos humanos. "Vimos los cuerpos. Vimos los restos de Mohamad Reda esparcidos por todo el lugar", ha manifestado.

Por su parte, Anoir Ghaida, propietario del resort, ha explicado que los periodistas llegaron al lugar el 1 de octubre, tras una orden de evacuación emitida por el Ejército de Israel para una zona al sur de Hasbaya. Previamente, habían estado informando desde el área de Ibl al Saqi, afectada por la citada orden.

De esta forma, los periodistas han dicho que desde entonces realizaron numerosos viajes para informar sobre la situación, después de que el Ejército israelí iniciara el mismo 1 de octubre su invasión del país tras más de once meses de combates con Hezbolá en la zona fronteriza.

Los periodistas y Ghaida han explicado que lo habitual era abandonar el resort a primera hora del día y volver por la tarde, generalmente a las mismas horas. La mayoría de los vehículos del resort fueron además marcados con señales para identificarlos como parte de los equipos de prensa.

DETENER LA VENTA DE ARMAS A ISRAEL

HRW ha recordado que los ataques israelíes desde el 8 de octubre de 2023, fecha del estallido de las hostilidades con Hezbolá, se han saldado hasta ahora con la muerte de seis periodistas, según datos del Comité para la Protección de los Periodistas (COJ), entre ellos un "aparente crimen de guerra" en el bombardeo en el que Israel mató el 13 de octubre al periodista de Reuters Isam Abdalá.

Además, un bombardeo israelí mató el 21 de noviembre a dos periodistas de Al Mayadeen identificados como Rabí al Maamari y Fará Omar, así como a su conductor, Husein Akil. HRW ha afirmado que ya documentó previamente el uso ilegal de armamento estadounidense para un ataque en marzo en el que murieron siete trabajadores humanitarios en Líbano.

Por ello, ha reclamado a Líbano que acepte la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional (TPI) para que el fiscal jefe tenga mandato para investigar, al tiempo que ha pedido a los aliados de Israel que suspendan su venta de armamento a las autoridades israelíes ante el riesgo de que sea usado para cometer graves abusos de los Derechos Humanos.

"Mientras aumentan las pruebas sobre el uso ilegal de armamento estadounidense por parte de Israel, incluidos casos de aparentes crímenes de guerra, los funcionarios estadounidenses tienen que decidir si quieren respetar las leyes estadounidenses e internacionales y detener la venta de armas a Israel o arriesgarse a ser hallados cómplices de graves violaciones ante los tribunales", ha zanjado Weir.

Israel desató el 1 de octubre una nueva invasión de Líbano tras varias semanas de intensos bombardeos y ataques contra el país, incluida la explosión coordinada de miles de dispositivos de comunicación utilizados por el grupo libanés. Líbano ha denunciado más de 3.700 muertos desde el estallido de las hostilidades el 8 de octubre de 2023.

El repunte de las hostilidades se enmarca en los enfrentamientos iniciados hace más de un año, después de que Hezbolá atacara territorio israelí tras los ataques perpetrados el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otros grupos palestinos, que llevaron a Israel a desatar una cruenta ofensiva contra la Franja de Gaza, donde han muerto ya más de 44.200 personas.

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