Archivo - January 22, 2024, Sanaa, Sanaa, Yemen: Tribal supporters of Yemen's Houthis hold up their weapons during armed a protest against the U.S. government designating Houthis as a terror group in Sanaa, Yemen..The Iran-backed Houthis in Yemen claimed - Europa Press/Contacto/Osamah Yahya - Archivo
MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Seguridad Pública de Canadá, Dominique LeBlanc, ha incluido este lunes en su lista de grupos terroristas al movimiento Ansaralá, conocidos como los rebeldes hutíes, que controla la capital de Yemen, Saná, y otras zonas del norte y el oeste del país desde 2015.
"La inclusión hoy de Ansaralá en la lista de entidades terroristas contribuye a nuestros esfuerzos para combatir el terrorismo a nivel mundial y alinear las acciones de Canadá con las de nuestros aliados. Los actos de extremismo violento y terrorismo no tienen cabida en el mundo. Continuaremos tomando medidas para frenar la expansión de estas actividades a nivel internacional y para contrarrestar las amenazas a Canadá, sus ciudadanos y sus intereses en todo el mundo", ha señalado el ministro en un comunicado.
Con la incorporación del grupo yemení, son 79 las entidades terroristas que figuran en la lista del Código Penal canadiense, que prohíbe "la financiación, el movimiento y el reclutamiento de terroristas". Así, la medida permite a los bancos canadienses congelar todos los activos que estas organizaciones tengan en el país, prohíbe la entrada a Canadá de las personas afiliadas y autoriza a la Policía acusar a cualquier persona que los apoye financiera o materialmente.
Las autoridades canadienses han destacado que el movimiento ha "contribuido a los disturbios" en Oriente Próximo, atacando buques frente a las costas de Yemen en apoyo a las milicias palestinas, objetivo de la ofensiva militar israelí de represalia lanzada tras los ataques del 7 de octubre.
Asimismo, el grupo ha atacado otros bienes estratégicos estadounidenses y británicos en respuesta a los bombardeos de estos países contra el país en una intervención que Washington y Londres fundamentan en su voluntad de garantizar la seguridad de la navegación en el mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico.