MADRID, 9 Nov. (Notimérica) -
La Operación Cóndor o el Plan Cóndor fue un plan de inteligencia diseñado y coordinado por los servicios de seguridad de las dictaduras militares de Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay, en colaboración con la CIA de Estados Unidos, para aniquilar a la izquierda opositora durante la década de los 70 --en plena Guerra Fría--.
El plan permitió la colaboración de los dictadores Augusto Pinochet (Chile), Hugo Bánzer (Bolivia), Alfredo Stroessner (Paraguay) Joao Figueredo (Brasil), Jorge Rafael Videla (presidente de la Junta Miliar en Argentina) y al gobierno derechista de Juan María Bodaberry en Uruguay.
En los archivos de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos se menciona de forma explícita a la Operación Cóndor como el nombre en clave de "un acuerdo de cooperación entre los servicios de inteligencias de América del Sur para eliminar las actividades terroristas marxistas en el área".
Los países sudamericanos intercambiaban información acerca de "subversivos" u opositores --o que sospechaban que eran-- a sus regímenes y cooperaban para perseguirles a través de las fronteras nacionales. Las fuerzas armadas y paramilitares de las dictaduras de Sudamérica se desplazaban libremente para secuestrar, torturar y asesinar a los ciudadanos considerados sediciosos e intercambiarse los detenidos.
Según los 'archivos del terror' descubiertos en Paraguay , la Operación Cóndor dejó un terrible saldo de 50.000 muertos, 30.000 desaparecidos, y unos 400.000 presos.
Por los archivos desclasificados de la CIA, se sabe que el que fuera jefe de la Inteligencia chilena Manuel Contreras --fallecido el pasado mes de agosto-- fue invitado en 1975 al cuartel General de la CIA en Langley durante 15 días.
Después de esta visita, Contreras se reuniría el 25 de noviembre de 1975 los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina Bolivia, Paraguay y Uruguay y pasaría a figurar como el artífice del Plan Cóndor.
Más tarde, Brasil se incorporó "formalmente" y a finales de 1976 la sede del plan se trasladó a Buenos Aires. En 1978 ingresaron Perú y Ecuador, que ya se sumaban a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
El periodista e investigador Cristopher Hitchens señala al que fuera secretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger como ideólogo de dicha operación.
Sin embargo, algunas investigaciones apuntan a un una conexión de Francia con la operación. La periodista francesa Marie-Monique Robin encontró en los archivos del Quai d'Orsay, del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, el documento original que acredita un acuerdo de 1959 entre París y Buenos Aires para crear una "misión militar francesa permanente" de oficiales que habían luchado en la Guerra de independencia de Argelia, y que estaba ubicada en las oficinas del jefe del Estado Mayor del Ejército Argentino.
Los primeros oficiales argentinos viajaron a París para asistir a cursos de dos años en la escuela militar Ecole de Guerre en 1957, dos años antes de la Revolución Cubana y cuando no existía ningún movimiento guerrillero argentino. Allí habrían aprendido a la utilización sistemática de la tortura y las desapariciones de los militares franceses que habían combatido en Argelia.
LAS VÍCTIMAS
La Operación Cóndor dejó tras de sí cientos de víctimas: torturados, asesinados y desaparecidos, especialmente guerrilleros --o sospechosos de serlo-- del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) chileno, el Ejército Revolucionario del Pueblo argentino o los tupamaros uruguayos.
A pesar de que su punto álgido fueron los años comprendidos entre 1975 y 1977, en junio de 1980, Noemí E. Giannetti de Molfino, madre de la Plaza de Mayo exiliada en Perú, fue secuestrada en Lima y 60 días más tarde su cuerpo apareció en un hotel madrileño. Había sido envenenada.
Según los "archivos del terror" descubiertos en Paraguay , la Operación Cóndor dejó un terrible saldo de 50.000 muertos, 30.000 desaparecidos, y unos 400.000 presos.