BUENOS AIRES, 3 Ene. (Notimérica) -
Las islas Malvinas son uno de los últimos vestigios de la época colonial, en la que países europeos como Reino Unido, Francia y España se dividían el recién descubierto continente americano.
En la actualidad estas islas pertenecen a Reino Unido bajo la fórmula de "territorio no autónomo", con el que gobiernan las islas. A nivel legal, se encuentran catalogadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como un "territorio soberano pendiente de definición", debido a la disputa que tienen sobre ellas Argentina y Reino Unido.
Desde 1766 hasta 1811 las islas estuvieron bajo ocupación española al igual que el territorio de la actual Argentina, aunque años antes habían sido descubiertas por ingleses. Con motivo de la guerra de independencia del país y su posterior constitución como Estado independiente, Argentina heredó los derechos de soberanía sobre su territorio continental y también sobre estas islas, que eran parte efectiva del país. Como autoridad estatal en las Malvinas se encontraba Luis Vernet, gobernador de las islas.
Debido a la sobrexplotación de la caza de focas y ballenas en la zona por parte de Estados Unidos, Vernet llevó a cabo medidas contra estos barcos. La respuesta estadounidense fue destruir las instalaciones de Puerto Soledad, centro neurálgico de las islas, donde se encontraba la colonia del gobernador.
Tras este incidente, Vernet se negó a continuar con el mando militar y civil de las islas y volvió al continente, por lo que fue designado en su cargo Juan Esteban Francisco Mestevier. Este nombramiento no agradó a los ingleses, quienes protestaron ante las autoridades argentinas, donde fueron ignoradas sus reclamaciones.
Tampoco fue plato de buen gusto para los militares isleños y la población, ya que Mestevier era un hombre excesivamente estricto que castigaba cualquier indisciplina con azotes. Debido al duro carácter del gobernador, el 30 de noviembre de 1832 se produjo una sublevación en Puerto Soledad y el comandante Mestevier fue asesinado.
TOMA DE LAS ISLAS
Esta situación allanó el terreno de Reino Unido, que llevaba décadas codiciando las Malvinas. Argumentó una cierta legitimidad sobre las islas --ya que había sido propiedad británica antes de la colonización española-- y que existía una gran anarquía en la zona, ya que Argentina permitía que fuese un nido de piratas.
Finalmente, el 3 de enero de 1833 naves británicas atracaron en la isla y la tomaron por la fuerza ante una escasa resistencia de los ocupantes de las islas, ya que se encontraban inmersas en un caos administrativo y pobladas por inmigrantes que habían adquirido la nacionalidad argentina recientemente --muchos de ellos británicos-- poco dispuestos a alzarse en armas contra la potencia europea.
Además había muy pocos militares en la isla, ya que la mayor parte habían sido juzgados y encarcelados por el asesinato del gobernador Mestevier.
El ataque lo dirigió el capitán británico John James Onslow, quien informó a los escasos pobladores que su objetivo era retomar las islas para Reino Unido, argumentando que eran legítimamente suyas. Para finalizar el izamiento de bandera inglesa, deportó a Argentina a los antiguos pobladores de las Malvinas.
Desde entonces, las islas se encuentran ocupadas por Reino Unido, aún a pesar de las muchas tentativas argentinas de intentar recuperarlas por lo legal, apoyados por la mayor parte de la comunidad internacional.
Incluso la ONU se ha pronunciado sobre el conflicto y examina a las Malvinas desde el Comité de Descolonización. El litigio sobre a quién pertenece la soberanía del territorio continúa aún hoy con negociaciones abiertas entre ambos países, ya que Argentina ha reiterado durante casi dos siglos que no renunciará a sus derechos en las islas, por ser parte efectiva de su territorio invadido por una potencia extranjera.