MADRID 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
La agencia estatal de seguridad laboral de Nueva Zelanda ha comunicado este lunes que ha presentado trece demandas en relación a las negligencias que habrían provocado la muerte de 22 personas durante la erupción del volcán Whakaari, en Isla Blanca, a principios de diciembre de 2019.
El director ejecutivo de la agencia, Phil Parkes, ha explicado en un comunicado, que si bien "fue un evento inesperado", eso no justifica "que fuera imprevisible", y los operadores de estos servicios turísticos "tenían el deber de proteger a las personas que estaban a su cuidado".
"Después de la investigación más grande y compleja realizada por esta agencia, hemos llegado a la conclusión de que trece partes incumplieron con sus obligaciones y deberían enfrentarse a cargos en los tribunales en virtud de la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo de 2015" ha afirmado.
En las acusaciones hay diez corporaciones, que se enfrentarían a penas económicas de un máximo de 1,5 millones de dólares neozelandeses (unos 880.000 euros), así como otras tres personas, a quienes como directores de estas empresas turísticas se les acusa de no haber actuado con la diligencia que correspondía, por lo que podrían ser sancionados con multas de 300.000 dólares neozelandeses (175.000 euros), detalla el comunicado.
WorkSafe, tal es el nombre de este organismo estatal, ha informado de que los cargos han sido presentados ante el Tribunal de Distrito de Auckland. A su vez, ha confirmado que no ha investigado el proceso posterior de rescate y recuperación de los cadáveres, por lo que de momento se han descartado medidas en este sentido.
Los cargos se presentan cumpliendo con los plazos que en su día avanzó la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien explicó que las investigaciones podrían alargarse un año y que, dependiendo de los resultados, podría haber sanciones penales de hasta cinco años de cárcel, aunque esta última posibilidad parece descartada, a la espera de que puedan presentarse otros procedimientos legales.
El volcán Whakaari, el más activo de Nueva Zelanda, se encuentra a 48 kilómetros de Whakatane, en la costa este de la isla más septentrional del archipiélago neozelandés.
En el momento de la erupción había 47 personas en la zona, de las cuales 24 eran de Australia, nueve de Estados Unidos, cinco de Nueva Zelanda, cuatro de Alemania, dos de China, otras dos de Reino Unido y una de Malasia. Otra treintena de afectados tuvieron que ser hospitalizados con graves quemaduras.
La tragedia levantó una fuerte polémica en Nueva Zelanda hacia la industria turística y las autoridades locales, quienes recibieron fuertes críticas por haber permitido a los turistas tener acceso a una isla con un volcán oficialmente en activo.