MÉXICO DF, 25 Oct. (Notimérica) -
La primera trabajadora social de Iguala. Así se hacía llamar María de los Ángeles Pineda Villa, la esposa del que fuera alcalde de este municipio mexicano durante la matanza de Ayotzinapa. Una auténtica reina de la beneficiencia que se dio a la fuga junto a su marido, José Luis Abarca, tras conocer que eran los principales sospechosos en la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
En su papel de presidenta del Sistema Municipal de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Pineda Villa se hacía fotografiar rodeada de niños y ancianos, paseando por los barrios más pobres y junto a quienes menos recursos tenían. Construía así su propio mito, el de una primera dama cercana a su pueblo, que atendía las necesidades de los más vulnerables.
Entregaba sillas de ruedas a quienes no tenían recursos, se volcaba en elogios a los maestros el día que se conmemora su profesión y ofrecía alimentos de primera necesidad a ancianos y amas de casa, durante su visita a los barrios más marginales del municipio.
Toda una servidora de su pueblo, que vendía la imagen de ser la mujer más querida del municipio. Sin embargo, aquel mito terminó por derrumbarse cuando la Procuraduría General de la República la señaló como principal operadora en Iguala de las actividades delictivas de Guerreros Unidos y como la responsable de la matanza de Ayotzinapa, junto a su marido.
La que hasta el momento era conocida en el municipio como 'La pareja Imperial' pasó a ser tildada por la prensa local como 'La narcopareja', al publicarse cómo se sucedieron los hechos el 26 de septiembre y tras revelarse, lo que muchos llevaban años denunciando: Abarca y Pineda mantenían estrechos vínculos con el crimen organizado.
De hecho, la desaparición de los 43 estudiantes el pasado 26 de septiembre tuvo como origen una fiesta organizada por Pineda Villa. La primera dama de Iguala celebraba, junto a su marido, la publicación del informe de actividades del DIF, cuando se les informó que un grupo de normalistas de Ayotzinapa podría presentarse en el evento para realizar una protesta.
En ese momento, Abarca dio la orden de enfrentar a los estudiantes, a lo que siguió la muerte de tres civiles y tres normalistas y la desaparición de otros 43 estudiantes. Mientras la pareja continuaba con su baile, se cometía uno de los crímenes que más ha conmocionado a México en los últimos años, dando lugar a la mayor crisis de derechos humanos que vive el país, desde la matanza de Tlatelolco en 1968, según la ONG Human Right Watch.
Con este suceso se esfumaban también las aspiraciones de Pineda Villa a alcanzar la alcaldía, tras el mandato de su marido. La que fuera primera dama de Iguala ya había dado los primeros pasos para lograr ser candidata a la presidencia municipal y por ello, el 7 de septiembre había sido elegida Consejera estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que se afilió en 2012.
Huida de la Justicia, Pineda ocultaba un pasado familiar vinculado al crimen organizado. Según informa Televisa, sus padres, Salomón Pineda Bermúdez y María Leonor Villa Ortoño, fueron detenidos el 6 de mayo de 2009, junto a 12 personas más, por estar relacionados con la organización criminal Beltrán Leyva, mientras que sus hermanos Alberto y Mario Pineda Villa fueron asesinados ese mimo año y se sospecha que eran operadores de esta red criminal.
Su oscuro pasado y su implicación en la matanza de estudiantes de Ayotzinapa han desvelado el verdadero rostro de esta primera dama que se esforzó en dar una imagen de cercanía al pueblo, pero que terminó siendo una prófuga de la Justicia mexicana.
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