CARACAS, 16 Jul. (Reuters/Notimérica) -
Miles de venezolanos salían el domingo a votar en un plebiscito contra el Gobierno de Nicolás Maduro, que esperan sea masivo para poder exigirle al mandatario socialista que llame a elecciones presidenciales antes de que culmine su término, a principios del 2019.
A pesar que el Gobierno ha insistido en que el plebiscito no es vinculante y tampoco cuenta con el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), la Constitución faculta al Parlamento, de mayoría opositora, a convocarlo, tal como lo hizo días atrás.
"Si el domingo salen 11 millones de venezolanos, el lunes pasaremos a una etapa de más presión. La hora cero depende de la contundencia de este 16 de julio. Las próximas horas son decisivas", dijo el líder opositor Henrique Capriles.
"Si una inmensa mayoría se expresa, el lunes amanecerá otra Venezuela. Daremos un mensaje bien claro y el Gobierno tendrá que respetar esa decisión", agregó el dos veces candidato presidencial.
Analistas han calculado que la participación estaría en torno a los 10 millones. En las últimas elecciones, las parlamentarias del 2015, 7,7 millones votaron por la oposición y le permitieron romper la supremacía chavista en el Congreso.
Además de los 1.766 puntos de votación confirmados en todo el país, los venezolanos en el exterior --masivamente opositores-- podrán sufragar en más de 200 ciudades en lugares como restaurantes, plazas, clínicas y sedes de partidos políticos.
La consulta popular, organizada por los partidos de oposición y la sociedad civil, preguntará además si la población respalda el plan de Maduro de reescribir la Constitución, si apoya la intervención de las Fuerzas Armadas para "restituir el orden constitucional" y si desea un gobierno de unidad nacional.
"LA CONSTITUYENTE VA"
Venezuela atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente. A la aguda recesión económica -con inflación de tres dígitos y escasez de bienes- se le suma una ola de protestas antigubernamentales que acumula tres meses y casi 100 muertos.
La oposición sostiene que Maduro ha llevado al país petrolero a una "dictadura" que apresa a disidentes y viola los derechos humanos. Por su parte, el sucesor del fallecido Hugo Chávez asegura que sus adversarios sólo buscan derrocarlo.
Con el objeto de crear las condiciones para pacificar el país, el mandatario de 54 años convocó a una Asamblea Nacional Constituyente, cuya votación se llevará a cabo el 30 de julio.
"Una participación excepcionalmente grande podría inducir a Maduro a retroceder en su plan de la Asamblea Constituyente si es que siente que carece de suficiente apoyo interno", dijo la firma Eurasia en una nota a clientes.
Sin embargo, el exchofer de autobús ha minimizado el impacto que pueda tener la consulta opositora y ha dicho que "la Constituyente va; llueve, truene o relampaguee".
Miembros del partido de Gobierno han adelantado que la oposición pretenderá inflar los números de participación en la consulta popular, ya que ninguna institución lo supervisará.
Además, la destrucción de los cuadernos electorales impedirá contrastar los resultados, se quejaron desde el oficialismo.
Por su parte, la oposición advirtió que el simulacro de la Constituyente, convocado también para el domingo por el árbitro electoral, podría generar enfrentamientos entre ambos bandos.