MÉXICO DF, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, Luis Raúl González Pérez, ha pedido este miércoles al Gobierno de Enrique Peña Nieto que no dé por cerrado el caso de la desaparición de 43 'normalistas' (estudiantes de magisterio) el pasado 26 de septiembre en el municipio de Iguala.
"Es un expediente que no está cerrado, que no debe estar cerrado, y, por tanto, no debe hablarse de conclusión", ha dicho González Pérez al presentar el informe anual de la CNDH ante el Congreso, según han informado los medios de comunicación mexicanos.
El Defensor del Pueblo ha recordado que aún falta el informe de los forenses de la Universidad de Innsbruck (Austria) sobre los restos mortales hallados, el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y, en última instancia, "ver qué dicen los jueces".
Así, el titular de la CNDH ha recalcado que "el expediente de (los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos del municipio de) Ayotzinapa sigue abierto para la Comisión Nacional de Derechos Humanos".
Además, ha recordado que se trata de un caso que ha indignado al pueblo mexicano, por lo que ha justificado las múltiples manifestaciones de solidaridad con los 'normalistas' y sus familias, que la mayoría de las veces se han tornado violentas.
González Pérez ha contestado así al procurador general, Jesús Murillo Karam, que en una rueda de prensa celebrada el martes anunció que, tras cuatro meses de investigación, "hay certeza legal de que los 'normalistas' fueron muertos" por la organización criminal Guerreros Unidos.
Las familias de los 'normalistas' ya han denunciado "prisas políticas" para cerrar el caso. "Repudiamos el hecho de que el procurador general quiera cerrar el caso de esta manera, indicando que fueron asesinados y calcinados en el basurero de Cocula", ha dicho su portavoz, Felipe de la Cruz.
CASO IGUALA
Según el relato oficial, los 'normalistas' llegaron a Iguala el 26 de septiembre para recaudar fondos para viajar a la capital mexicana el 2 de octubre con el fin de participar en la conmemoración de otra matanza, la de Tlatelolco.
Ese día la esposa del alcalde tenía previsto presentar un informe de su labor al frente del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal y, ante el temor de que los estudiantes reventaran el acto, como ya había ocurrido en el pasado, el alcalde ordenó a la Policía actuar contra los 'normalistas'.
Policías de Iguala, apoyados por agentes de Cocula, interceptaron a los jóvenes a la entrada del municipio y abrieron fuego, matando a uno de ellos y dando lugar a un enfrentamiento que se saldó con seis muertos y 25 heridos.
Una vez controlada la situación, detuvieron a los 'normalistas' que no consiguieron huir, les condujeron en varios furgones policiales a los límites entre Iguala y Cocula y se los entregaron a Guerreros Unidos.
A partir de ese momento se pierde el rastro de los 'normalistas', pero varios sicarios de Guerreros Unidos que han sido detenidos han confesado que ejecutaron e incineraron a los jóvenes y después se deshicieron de sus cenizas en un río.
Queda ahora el análisis de los restos óseos recuperados del basurero de Cocula, ya que el de los cadáveres de las casi 40 fosas comunes halladas en Iguala y municipios cercanos ha revelado que no son los jóvenes.
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