MADRID 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha informado este viernes de que 41.236 personas han sido desplazadas en la región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, tras el último brote de crisis de violencia por grupos armados.
El organismo de la ONU ha enfatizado que los choques han afectado tanto a la población local como a los refugiados y migrantes venezolanos.
El desplazamiento ha sido especialmente grave en los municipios de Cúcuta, Tibú y Ocaña, donde se han refugiado miles de personas, mientras que al menos 12.520 personas están confinadas en otras localidades.
La violencia, que comenzó el 16 de enero, ha dejado al menos 80 muertos y 12 heridos, incluyendo a cinco firmantes del acuerdo de paz, según la OCHA, al añadir que la interrupción del calendario escolar ha afectado a más de 46.000 niños.
Asimismo, el impacto de la violencia se ha extendido a las comunidades indígenas, con al menos 23 comunidades del pueblo Barí confinadas, y también a miembros de los pueblos Yukpa y Wayúu, tanto en Colombia como en Venezuela.
La OCHA ha destacado las dificultades para acceder a las zonas afectadas debido a la presencia de minas antipersonal y grupos armados.
El pasado miércoles, el jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, condenó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la crisis de seguridad en Catatumbo y atribuyó la violencia desatada desde la semana pasada al "vacío de presencia estatal" en zonas del país latinoamericano "donde los grupos armados ilegales luchan por el control territorial y social".
Este jueves, la guerrilla colombiana ELN reafirmó que mantendrá el conflicto en la región del Catatumbo, una "guerra de liberación", según sus propios términos, que habría permitido la captura de "decenas" de integrantes de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en concreto del denominado Frente 33.
La escalada de violencia se produce en medio de la suspensión de las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el ELN, que actualmente enfrenta a las disidencias de las FARC.
El presidente, Gustavo Petro, señaló que la disputa por el control del narcotráfico en la región del Catatumbo está alimentando el conflicto. La situación sigue siendo crítica, con miles de personas atrapadas entre los frentes de combate y con un acceso humanitario limitado.
El incremento cada vez mayor de las filas del Frente 33 ha provocado los enfrentamientos con el ELN, que históricamente ha controlado Catatumbo, una región que incluye una quincena de municipios y que hace frontera con Venezuela. Su riqueza en recursos minerales y sus ideales condiciones climáticas para el cultivo de coca hace de ella una de las más disputadas por los grupos armados colombianos.