Publicado 16/05/2017 17:25

Mantener protestas en la calle y fracturar el régimen de Maduro, claves para una solución, según expertos

Protestas en Venezuela
EUROPA PRESS

   MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -

   Proseguir las movilizaciones en la calle y crear división interna en el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela son los dos elementos que distintos expertos mencionan como claves a la hora de propiciar un cambio en la crisis que vive Venezuela.

   Es la principal conclusión a la que han llegado los participantes en el debate 'Venezuela: salidas para una crisis', organizado por el Real Instituto Elcano y en el que también se ha apuntado a las Fuerzas Armadas como actor destacado para poder propiciar un cambio.

   En torno a un 70 u 80 por ciento de las Fuerzas Armadas no apoya al presidente Maduro, estima el profesor venezolano Orlando Ochoa, de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, que recuerda que tradicionalmente en su país el respaldo al presidente en el seno del Ejército ha ido parejo al apoyo que tiene en la sociedad civil.

   Lo que ocurre, ha explicado Ochoa, es que se trata de "una mayoría silente". Cualquier salida política que se vislumbre en Venezuela "pasa por quitar poder a las facciones militares que apoyan a Maduro", coincide en señalar Miguel Angel Santos, investigador del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.

   "Puede que los costes de las movilizaciones (en términos de víctimas humanas) sean tan altos que provoquen una fractura en las Fuerzas Armadas", ha apuntado Manuel Hidalgo, profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III.

LA INFLUENCIA CUBANA

   En el debate también se ha hablado del poder de influencia que podría tener Cuba sobre el régimen venezolano. "Cuba tiene influencia en Venezuela, pero no sabemos hasta dónde llega", ha opinado Anna Ayuso, investigadora principal de América Latina en el think tank Cidob.

   En la actualidad, Cuba depende del petróleo de Venezuela, por lo que la dictadura de Raúl Castro podría ayudar a una transición en tanto en cuanto se le garantizase el suministro de crudo, ha precisado esta experta.

   Varios de los participantes en el debate han señalado como escenario más plausible una negociación entre sectores moderados del chavismo con la oposición, pero para esto, reconoce Ochoa, la oposición necesita cierto grado de "realismo". Esta opción presenta el riesgo de que los cambios en el régimen se limiten a sustituir a Maduro.

   Los expertos también han coincidido a la hora de señalar que en algún momento de la negociación, si es que ésta se produce, surgirá un debate en torno a la amnistía, o la búsqueda de una salida digna, para los miembros de la cúpula chavista que se hayan visto implicados en delitos como la colaboración con el narcotráfico --que afecta a algunos casos aislados-- o el contrabando de gasolina, más rentable que el narcotráfico.

   Ochoa también ha advertido de que en 2018 Venezuela hace frente al vencimiento de varios pagos de deuda y ha recordado que la cúpula de la élite chavista tiene parte de su riqueza en bonos venezolanos. China, como principal acreedor de Venezuela, también puede ser un actor llamado a desempeñar un papel en la solución de la crisis en el país iberoamericano.

EVITAR EL COLAPSO ECONÓMICO

   Pero al día siguiente de que se consiga un arreglo político, el país deberá ocuparse de evitar el colapso económico. Ochoa ha defendido poner el énfasis en el sector petrolero puesto que el sector privado está destruido y necesitaría mayores inversiones para producir de nuevo.

   Su colega de Harvard, en cambio, ha alertado de que la clave de la recuperación económica de Venezuela estará en el desarrollo del sector no petrolero. Santos ha explicado cómo Venezuela comenzó a arruinarse en 2004, cuando el boom del petróleo generó un boom del consumo basado en un aumento de las importaciones, que pasaron de 15.000 a 61.000 millones de dólares.

   Y mientras se disparaban las importaciones, el Gobierno fue expropiando la estructura productiva de la economía. En 2012, un venezolano medio consumía un 40 por ciento más que en 1998, ha recordado el investigador en Harvard.