MADRID 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha alertado de que el sur de Madagascar, donde más de un millón de personas hacen frente a problemas para lograr alimentos suficientes, podría ser escenario de la primera hambruna causada por el cambio climático, ante un constante empeoramiento de la situación durante los últimos meses.
La región sur de la isla ha sido golpeada durante varios años por intensas sequías, lo que ha forzado a familias en comunidades rurales a medidas drásticas como el consumo de insectos o alimento para ganado, en lo que el propio PMA describió en junio como "una crisis invisible".
En este sentido, la portavoz del PMA en el país africano, Alice Rahmoun, ha resaltado que el cambio climático ha alterado el ciclo de temporadas secas y lluviosas en el país y ha agregado que "por supuesto, hay menos lluvias". "Cuando lleguen las primeras lluvias podrían, quizá, dar esperanza y permitirían sembrar algunas semillas, pero un poco de lluvia no es una temporada de lluvias", ha valorado.
"Lo que podemos decir es que los impactos del cambio climático son cada vez más fuertes, por lo que las cosechas fracasan constantemente, lo que lleva a que la gente no tenga nada que cultivar y nada con lo que renovar sus suministros", ha valorado en una entrevista concedida al órgano de prensa de Naciones Unidas.
Rahmoun, quien recientemente realizó una visita al sur de Madagascar, donde el PMA y otros organismos dan apoyo a miles de personas, ha explicado que el impacto de la sequía es distinto en cada lugar, con algunas comunidades sin una temporada de lluvias adecuada desde hace más de tres años.
"En algunas áreas aún logran plantar algo, pero no es para nada fácil, así que están intentando cultivar batatas. En otras áreas no puede crecer absolutamente nada ahora mismo, así que la gente sobrevive comiendo langostas del desierto, frutas y hojas de cactus", ha señalado.
Rahmoun ha hecho hincapié en que "las hojas de cactus son habitualmente para el ganado, no para el consumo humano", y ha apuntado que "incluso los cactus están muriendo a causa de la sequía, la falta de lluvia y de agua". "Es realmente preocupante", ha reseñado.
"La gente ya ha empezado a desarrollar mecanismos para sobrevivir, lo que significa que están vendiendo el ganado para obtener dinero para comprar comida, cuando antes podían obtener comida y alimentarse a través de la producción de sus campos, por lo que está cambiando la vida diaria de la gente", ha advertido.
En este sentido, ha detallado que bienes como los campos y las casas han sido puestas en venta, mientras que algunas familias han sacado a sus hijos de la escuela para intentar "buscar más actividades que generen ingresos que impliquen a los niños, lo que obviamente tiene un impacto directo sobre la educación".
Por ello, Rahmoun ha explicado que el PMA y sus socios están dando ayuda alimentaria a 700.000 personas, incluidos productos para evitar la desnutrición, así como apoyo para una respuesta a largo plazo que "permita a comunidades locales ser capaces de prepararse, responder y recuperarse mejor de los shocks climáticos".
"Esto incluye proyectos de resiliencia como proyectos hídricos. Estamos haciendo canales de irrigación, reforestación e incluso microcréditos para ayudar a los pequeños agricultores a recuperarse de una cosecha perdida, por ejemplo", ha argumentado.
Rahmoun ha señalado que el PMA tiene como objetivo dar apoyo a un millón de personas hasta abril de 2022 y ha pedido cerca de 70 millones de dólares (cerca de 60,1 millones de euros) para financiar estas operaciones, si bien ha destacado que lo principal es "encontrar y financiar soluciones al cambio climático para que la comunidad se adapte a los impactos del mismo en el sur de Madagascar".
De esta forma, ha incidido en que la próxima cumbre sobre el clima en Glasgow "es una oportunidad para pedir a los gobiernos y donantes que prioricen la financiación relativa a los programas de adaptación ante el cambio climático para ayudar a los países a construir un mejor sistema de gestión de riesgos".
"Si no se hace nada, el hambre aumentará de forma exponencial durante los próximos años a causa del cambio climático", ha manifestado, al tiempo que ha alertado que esto "no pasará sólo en Madagascar, sino también en otros países".