Actualizado 16/02/2017 12:38

Leopoldo López Gil: "Si el Papa conociera a los personajes del Gobierno venezolano no hubiese enviado un intermediario"

Leopoldo López Gil
NOTIMÉRICA

   MADRID, 16 Feb. (Notimérica) -

   Leopoldo López, líder del partido opositor del 'chavismo' 'Voluntad Popular' (VP), cumple esta semana tres años en la prisión militar de Ramo Verde, donde permanece después de ser condenado por la jueza venezolana Susana Barreiros el 10 de septiembre de 2015 a una pena de más de trece años. López fue acusado por la Fiscalía de Venezuela de los delitos de instigación pública, agavillamiento (asociación para delinquir), daños a la propiedad e incendio durante las protestas llevadas a cabo en el año 2014 en las calles de Venezuela.

   Su encarcelamiento llevó a parte de la oposición del 'chavismo' en Venezuela, así como a instancias internacionales como Naciones Unidas o Amnistía Internacional, a instar a la liberación inmediata de Leopoldo al considerarse la detención y proceso judicial carente de pruebas, del mismo modo que se afirma que se impidió la defensa del acusado. El exfiscal del juicio, Franklin Nieves, huido de Venezuela tras recibir presuntas presiones por parte del Gobierno de Nicolás Maduro, reconoció en el año 2015 la existencia de intereses políticos en la detención y juicio contra López por parte del Gobierno de Nicolás Maduro.

   Actualmente, la familia de Leopoldo López se postula como su principal defensa frente al Gobierno venezolano y el chavismo, así como ejercen de transmisores del liderazgo político que López realizar desde la cárcer con el pueblo de Venezuela. Su padre, Leopoldo López Gil, reside en España desde hace aproximadamente dos años. El Consejo de Ministros español aprobaba en el año 2015 dos reales decretos que le concedían, a él y a su esposa, Antonieta Mendoza, la nacionalidad española por carta de naturaleza. Este procedimiento les permitió la salida de Venezuela, a la que López Gil no puede volver ya que sobre él pesan una orden de presentación ante un tribunal de justicia y una orden de captura.

    En la actualidad, Leopoldo López Gil y el resto de su familia continúan luchando y promulgando desde diferentes puntos del mundo por la liberación de su hijo y del resto de presos políticos, de los que acusan al chavismo y al Gobierno del actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Notimérica se ha reunido con el padre del líder opositor para hablar sobre su situación, la de su hijo y la de Venezuela, cuando se cumplen casi tres años desde su entrada en prisión.

   Pregunta: Después de tres años de cárcel ¿cómo se encuentra su hijo actualmente?

   Respuesta: Leopoldo se encuentra bastante bien, moralmente está muy fuerte. Es una persona que desde el principio era consciente de que se iba a enfrentar a una justicia muy condicionada y realmente injusta. Desde que comenzó el juicio se veía que la intención era condenar a Leopoldo sin darle las ventajas de defensa que son lógicas. No se le permitió mover ni pruebas ni testigos, el juez se conformó con la acusación del fiscal para pronunciarse y darle una sentencia de casi 14 años.

   P: Las ganas de lucha de Leopoldo, tal y como comenta, se han visto en los últimos días. Ha convocado de nuevo a los ciudadanos venezolanos a salir a las calles a manifestarse el próximo día 18...

   R: Ciertamente. Lo más triste de la situación es que si hoy uno revisa las palabras de Leopoldo de hace tres años, exactamente diría lo mismo. No decía otra cosa sino que el Gobierno de Venezuela era corrupto, incapaz, y que estaba condenando al país por una ruta de infelicidad, tanto en lo económico como en lo moral. Esto no ha cambiado en los últimos tres años, se ha agravado. Por eso Leopoldo se ha mantenido firme en su posición y, en cierta forma, esto le ha dado mucha fortaleza. Leopoldo tiene el convencimiento de que estaba en lo correcto y que había que solicitar la salida del Gobierno cuanto antes, como él lo hizo, por la vía constitucional. Pero nos hemos dado cuenta en estos tres años que lo que ha hecho el Gobierno es engañar para evitar que se aplique la Constitución y no poder permitirnos el cambio de gobierno que esta previsto en esas páginas.

   P: Entiendo entonces que, a día de hoy, Leopoldo sigue sin arrepentirse de haberse entregado de manera voluntaria a las autoridades tras su acusación.

   R: Sí. Yo diría que se siente orgulloso, en el sentido de que esta cumpliendo con su deber y con sus principios, y que no ha sido desmentido por los hechos. Hoy, todo el mundo está convencido de que estamos ante una dictadura en Venezuela y que Leopoldo no es el único preso político, si no que está junto con otros 130 compañeros que no solamente han sufrido la carcel política, si no que también han soportado continuamente la tortura física y psicológica, tal y como dicta el régimen cubano al régimen venezolano.

   P: A finales el año pasado el Gobierno de Venezuela comenzaba a liberar a unos cuantos presos políticos...

   R: Pero eso es un engaño. Realmente, no liberaron más que a unos cuatro o cinco e, inmediatamente, metieron presos a más de seis. Entre ellos, y de una forma absolutamente irregular, tienen preso a un diputado que goza de inmunidad, Gilber Caro. Todavía hoy no se ha celebrado su juicio, aunque lleva casi dos meses en prisión. Los primeros 15 días ni siquiera le permitieron ver a su abogado o a sus compañeros, lo que indica que actúan tal y como lo harían los nazis alemanes o los comunistas estalinistas, al igual que hacen los cubanos, donde la ley es lo último que se toma en cuenta y la brutalidad del Gobierno es impuesta únicamente por la fuerza.

P: ¿Cree que el trato que recibe su hijo en la cárcel es el mismo que reciben el resto de los considerado presos políticos de Venezuela?

   R: A la mayoría de los presos políticos los mantienen en prisiones comunes, pero Leopoldo está en una prisión militar y otros están en la prisión del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Ésta es nuestra 'gestapo nacional', y nuestro Goebbels es el señor Diosdado Cabello, que maneja desde un puesto no oficial los hilos del servicio secreto militar. Para dar una idea de la fortaleza de este servicio, hay unos 20 presos que han sido liberados por los tribunales, han recibido su boleta de excarcelación, y el servicio militar los mantiene presos en sus cárceles militares desobedeciendo su orden judicial. Esto señala que no hay independencia de poderes en Venezuela, y que el poder que predomina es el 'poder de la balloneta'.

P: ¿Cómo se comunica usted con su hijo estando usted en España y él en la cárcel?

R: Hace dos años que estoy fuera de Venezuela, y exactamente llevo ese tiempo sin verlo. Me he comunicado con él mediante cartas, que a veces tardan un tiempo en llegar porque tienen que pasar por los filtros de la cárcel, aunque tengo entendido que la semana pasada llegó una carta que le escribí hace un mes. Él me ha escrito en este tiempo y he podido recibir dos cartas, pero de él recibo siempre mensajes verbales a través de las visitas de su madre, su esposa y su hermana. Es triste pero es una situación que se lleva también con orgullo, con tristeza porque no puedo darle un abrazo a mi hijo en persona, ni a él ni a mi familia, mis nietos, pero también tengo el orgullo de saber que estamos cumpliendo con el deber de pelear y luchar por la libertad y la democracia de nuestro país.

P: ¿Qué dicen sus nietos de lo que le pasa a su padre?

R: No creo que aún tengan mucha conciencia, particularmente el más pequeño que apenas tiene cuatro años. Durante mucho tiempo jamás pronunciaban la palabra 'cárcel' cuando les preguntaban dónde estaba su padre, contestaban que estaba en Ramo Verde. Pero hace poco meses les escuché hablar de la cárcel porque estaban preocupados por si yo iba a ir también a la cárcel. Manuela, la mayor, que va a cumplir 7 años, le pregunta a su madre que si tanta gente quiere a su 'papi', como le dice la gente por la calle, por qué lo tienen preso. No es fácil enfrentar el mundo infantil en esta situación, para un niño estar preso significar ser una persona no deseable en la sociedad, ser una persona mala, pero sé que a la larga lo van a entender. Por eso Leopoldo negó la posibilidad del exilio y dijo que él prefería explicarle a sus hijos por qué había estado preso, y no por qué habían perdido el país.

P: Y para usted, que está lejos de Venezuela ¿cómo están siendo los últimos años en España?

R: Han sido estupendos en el sentido de que los españoles y España se ha comportado como nuestra 'Madre patria', me han tratado como un hijo, tanto los dirigentes políticos y el Gobierno español como los ciudadanos de a pie. Me han ofrecido todo tipo de solidaridad. Ha sido una experiencia muy bonita el conocer el lado bueno de la gente al mismo tiempo que conocer el peor lado del ser humano. Podría decir que lo que sucede en Venezuela, tan grave y difícil, también se hace inverosímil para el hombre común. A veces cuando uno da conferencias sobre lo que realmente pasa, como que hay una inflación de un 700 por ciento por año o que 30.000 personas mueren anualmente a causa de la delincuencia y la violencia, al español le cuesta creelo porque lo ve muy lejos. No es fácil hacerse a la idea de entrar en una farmacia para pedir una medicina y que te digan que no la tienen, pero no solo en esa farmacia sino en ninguna. No todo el mundo puede ver esto como una realidad, especialmente por la imagen que tiene el español de Venezuela, un país al que conoció rico y que le otorgó tantas posibilidades en su día.

P: El expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero, se mostraba optimista hace unos días sobre el futuro del diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana ¿usted también es optimista?

R: Yo creo que las opiniones y visiones del señor Rodríguez Zapatero son muy particulares. Por ejemplo, él pensaba que estaba dejando una España muy próspera y lo que dejó fue una España casi en la quiebra. Yo diría que esa misma visión tan confundida podría ser la misma que tiene de Venezuela. En lugar de ser optimista, debería ser realista y pasearse por las calles venezolanas y ver cuál es la realidad, no la que se quiere transmitir aquí a los españoles. Le está haciendo una labor con 'piel de zapa' al Gobierno de Venezuela.

P: Esta semana Jesús 'Chúo' Torrealba anunciaba la creación de una junta de reestructuración para la coalición opositora de Venezuela ¿cuál es la situación de la MUD actualmente?

R: Todavía está en ese proceso de reestructuración pero creo que va a ser muy saludable, ya que entiendo que se está intentando ampliar la base de decisiones de la mesa con partidos que son más pequeños que también tienen una posición y un derecho a conformar esta mesa. Hasta ahora estaba en manos de cuatro movimientos políticos y que probablemente pase a estar entre cinco y siete partidos diversos. Eso es la verdadera democracia y el conjunto de las opiniones serán las que reflejen lo que se ha de tener en cuenta. Yo soy muy optimista con esta unión, donde no quiero decir que nunca hubiera desunión, sino diferencias. Hemos estado siempre muy unidos con el propósito de cambiar el Gobierno y cambiar el régimen.

P: ¿Han tenido que ver en este proceso de reestructuración los encontronazos entre Torrealba y Capriles en las útlimas semanas?

R: Yo creo que no. La democracia está hecha para confrontar opiniones y a veces las formas no reflejan realmente los fondos, y éste, insisto, es el mismo. Estamos unidos. Las formas a veces responden a momentos de sensibilidad y de emoción, y pueden interpretarse mal. Henrique Capriles nunca ha sido una persona que haya estado alejado de la unión. Hay personas que han dicho que Leopoldo y él son personas que mantienen una desunión, y eso es un embuste. Ellos dos se mantienen muy unidos, aunque con formas distintas de ver las tácticas, pero no las estrategias. Esa crítica que se hace a Venezuela de que hay una falta de liderazgo en la oposición es muy injusta. Bajo una dictadura tener a líderes como Leopoldo o Henrique, tan visibles y que no cesan de dar pelea, refleja todo lo contrario. Muestra que hay un liderazgo muy valiente: uno desde la cárcel y otro desde fuera, desde su 'puesto de trincheras', que es la gobernación de Miranda.

P: ¿Cree que la reestructuración facilitará que se mantenga un diálogo con el Gobierno?

R: No hay diálogo con el Gobierno, éste es sordo y mudo. Es imposible, nunca lo va a haber. Para que lo haya tendría que haber intención de corregir las conductas. Tratan de engañar al mundo, e incluso han llegado a meter en esto, de forma ingenua, al Santo Padre. Creo que de haber conocido a muchos de los personajes del Gobierno, éste no se hubiera prestado a mandar un intermediario personal para justificar ese intento de conversación que llamaron 'diálogo'.

P: ¿Cómo ve que haya intermediarios internacionales en el proceso de diálogo?

R: Me parece terrible porque los escogió solamente el Gobierno y son de la misma comparsa: el señor Rodríguez Zapatero, muy amigo del señor Chávez y al que le vendió e hizo muy buen negocio con las fragatas españolas; otro muy amigo del 'chavismo', el señor Leonel Fernández, de la República Dominicana, con quien se hicieron muchísimos negocios con el petróleo venezolano; y, por último, el señor Torrijos, de Panamá, una persona muy vinculada al régimen de Chávez y Maduro. Si se hubiera dicho que se van a elegir mediadores internacionales pero de parte y parte, hubiesemos escogido a ex-presidentes como el premio Nobel, Óscar Arias Sánchez, de Costa Rica; el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana; o el expresidente de Chile, Ricardo Lagos. Personas de derechas, de izquierdas y del medio, gente que nosotros respetamos y que no son solo amigos del régimen. La mediación internacional bienvenida sea siempre y cuando sea ecuánime.

P: El pasado año el Gobierno de Venezuela anunciaba el enjuiciamiento contra su hijo por la muerte de 43 personas en las manifestaciones de 2014 ¿cuál es la situación actual del proceso?

R: Esa es la aberración más grande, y el propio Gobierno sabe que es así. Los primeros dos muertos que se produjeron los provocó un guardaespaldas funcionario del Ministerio del Interior, y yo diría que incluso con instrucciones de llevarlas a cabo. Esto se demostró periodísticamente, que fue por lo que se abrió el caso y que hizo que al día siguiente de mostrarse las periodistas fueran echadas del medio de comunicación en el que trabajaban. Además, hace dos meses este agente fue condenado a 20 años por esos asesinatos, asi que hasta judicialmente se le reconoce culpable de eso. Cuando Leopoldo ya estaba preso, seguía habiendo manifestaciones y muertes en manos de la policía y los militares, quienes tienen las pistolas, las escopetas, las bombas lacrimógenenas y los cascos con los que le reventaron la cabeza a uno de los manifestantes, ¿cómo se puede culpar de unas muertes a alguien que está en la cárcel, sin comunicación con nadie, cuando suceden? La violencia y los muertos los produjo el propio Gobierno, y tratar de inculpar a un inocente como Leopoldo de unos hechos como estos es la aberración más grande.

P: ¿Cree que su hijo seguirá dedicándose a la política una vez se encuentre fuera de la cárcel?

R: Desde luego que si. El viene de una familia en la que su bisabuelo paterno pasó 22 años entre cárceles y exilio, yo fui servidor público durante mucho tiempo en los gobiernos democráticos de Venezuela, y nosotros amamos a Venezuela. Su vocación es servir a Venezuela, y estoy seguro que va a querer seguir haciéndolo desde cualquier puesto.