PANAMÁ, 13 Abr. (Notimérica) -
En sus primeras elecciones presidenciales en 2009 resultó elegido vicepresidente tras aliarse con Cambio Democrático. En sus segundas elecciones generales, el 4 de mayo de 2014, logró ser elegido presidente, pero Juan Carlos Varela es mucho más que el hombre que dirigirá hasta 2019 el rumbo de Panamá y ya ha logrado su primer hito en la VII Cumbre de las Américas.
El 17 de marzo de 2013, Varela se convirtió en el candidato presidencial por el Partido Panameñista y el 25 de agosto de ese mismo año, fue proclamado el candidato de la Alianza 'El Pueblo Primero', formada por el Partido Panameñista y el Partido Popular, con el respaldo de sectores independientes del país.
La VII Cumbre de las Américas, celebrada en Panamá entre el 10 y el 11 de este mes, ha sido un acontecimiento histórico, en gran medida, logrado por Varela.
El encuentro internacional ha conseguido dos hitos: Es la primera vez en la historia que Cuba ha participado de una Cumbre y ha albergado el primer encuentro entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, desde que retomaran relaciones diplomáticas el pasado diciembre.
Tras la Cumbre, Varela ha dirigido un mensaje al mundo a través del Twitter de la Organización de los Estados Americanos (OEA): "Saludos y agradecimientos a todos los que vieron la cumbre desde redes sociales, también mi agradecimiento a todos los panañemos y panameñas que hicieron con su trabajo posible la Cumbre y a todos los países y pueblos que la vieron".
UN EMPRESARIO CONVERTIDO EN POLÍTICO
Varela nació en Panamá el 12 de diciembre de 1963. Cursó sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio Javier, bajo la dirección de la Orden Compañía de Jesús, y allí se graduó con honores en 1980.
En el colegio le apodaban 'Juaná' y, como ha contado su profesor Gilberto Solís: "Era excelente estudiante y buena persona con sus compañeros, a quienes ayudaba si andaban flojos", según ha publicado el diario 'La Prensa'.
"Era despierto, inteligente y respetuoso", "participó del periódico escolar" y "fue líder de uno de los campamentos del servicio social", según lo describe su profesor, que le enseñó historia y geografía desde los 11 hasta los 15 años de edad.
A medida que se acercaba la graduación de su promoción, el interés de Varela por la política comenzó a aumentar, así como su fe en Dios. De hecho, el presidente de Panamá ha reconocido en varias ocasiones ser un "cooperador" del Opus Dei (institución de la Iglesia católica fundada en 1928) desde hace 17 años, cuando se instauró en Panamá.
Desde su adolescencia, Varela había seguido de cerca al Partido Panameñista, motivado -en parte- por la figura del ex presidente Arnulfo Arias Madrid. Tenía 14 años de edad cuando participó del recibimiento al exiliado Arias Madrid, en Chiriquí, experiencia que marcaría un antes y un después en su vida.
A pesar de su amor por la política, se graduó como ingeniero industrial en el Instituto de Tecnología de Georgia (Estados Unidos). En sus primeros años como ingeniero, se dedicó al sector privado y lideró el crecimiento de una empresa panameña con más de 100 años de historia, Varela Hermanos, de la que fue vicepresidente ejecutivo hasta enero de 2008.
Con una gran visión social desde el sector privado, Varela apoyó e impulsó proyectos a favor de la cultura, el deporte, la educación, el folklore y el medio ambiente.
Tras ser electo vicepresidente en julio de 2009, logró en sólo dos años cumplir las promesas sociales que había hecho durante su campaña como el 'Programa 100 a los 70', el aumento del salario mínimo, el Proyecto Curundú o la Beca Universal.
SU VIDA SENTIMENTAL
Varela está casado con la periodista Lorena Castillo y es padre de tres hijos: Giancarlo, Adrián y Stefan. A su mujer la conoció con 22 años, dos años después de graduarse como ingeniero y cuando ella todavía tenía 17.
Tras cinco años de noviazgo, se casaron. Ella no planeaba casarse antes de los 30, pero las "largas tertulias fabulosas" entre ambos la conquistaron.
"No es que sea terco, es muy determinado. Él escucha, arma, tiene una mente muy analítica por ser ingeniero", cuenta Castillo, que es su esposa desde hace 22 años.
"Yo pensaría menos, en el sentido de que al momento de tomar una decisión, él se queda, traga, analiza, y luego mueve, y cuando mueve es un jaque mate", apostilla la primera dama panameña.