BUENOS AIRES, 4 Feb. (Notimérica) - -
María Estela Martínez Cartas, conocida como Isabelita o Isabel Perón, quien este domingo cumple 87 años, asumió la presidencia de la Nación Argentina el 1 de julio de 1974. Hace 43 años que se colocó como la pionera, abriendo la puerta a otras mujeres a la jefatura del gobierno.
El mandato de Isabelita, sin experiencia política, eclipsada por la muerte de Juan Domingo Perón y siempre comparada con la primera esposa de éste, Eva Perón, fue un auténtico desastre. La coyuntura que atravesaba el país y las malas decisiones terminaron en un Golpe de Estado y con el exilio de Isabel en España.
La segunda esposa de Perón nació el 4 de febrero de 1931. Su padre murió cuando ella era joven, lo que propició que se distanciara de su familia. Cursó danza y comenzó a ganarse la vida como bailarina con diversas compañías recorriendo toda Iberoamérica.
Asimismo, fue en esta época cuando cambió su nombre, con la intención de no ser reconocida, y también cuando en uno de sus espectáculos conoció a Juan Domingo Perón, un hombre 36 años mayor que ella. Ambos pasaron sus primeros años juntos viajando por Panamá, Venezuela y República Dominicana, ya que el Teniente General estaba exiliado desde 1955 debido al golpe militar de la Revolución Libertadora.
En 1960 se trasladaron a Madrid, donde permanecieron hasta su vuelta a Argentina a principios de los años 70's. La España dictatorial y católica de Francisco Franco no veía con buenos ojos la relación entre el expresidente e Isabel, llegando a presentar a la bailarina como la secretaria de Perón en vez de como su pareja.
Así, debido a las presiones ejercidas por en entorno y el dictador español, la propia Isabel también se vio influenciada y finalmente la pareja se casó por la Iglesia en una boda discreta el 15 de noviembre de 1961.
En 1972 regresaron a Buenos Aires. Entre entusiasmo, tensiones y divisiones sociales por la ambigüedad ideológica de Perón, el clima estaba enrarecido en las elecciones generales de 1973. El matrimonio ocupaba el primer y segundo lugar en la lista de su partido político, convirtiendo a Isabel en la primera mujer vicepresidenta de un país iberoamericano.
Perón, con 78 años y aquejado de una enfermedad crónica, murió al año escaso de empezar su tercer mandato. La propia Isabel afirmó en una entrevista que el mismo día de su fallecimiento su marido renunció al cargo, pero su dimisión no fue aceptada. Sin demasiados impedimentos por su parte, Isabel asumió la presidencia de la nación el 1 de julio de 1974, siendo la primera mujer iberoamericana en ocupar tal alto grado de poder.
Su gobierno se llevó a cabo en un momento complejo tanto a nivel nacional como internacional. En plena Guerra Fría, el miedo a la expansión del comunismo se propagaba con más rapidez que la propia ideología.
Contando únicamente con la experiencia de algunos actos diplomáticos, Isabel se alejó del líder de la oposición, al contrario de lo que había hecho su marido, y confió en su Ministro de Bienestar Social, José López Rega.
Los sectores de derechas comenzaron a ganar poder, así como la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A). La violencia, los secuestros y las torturas fueron escalando por las calles argentinas, influyendo miedo entre toda la población mediante terrorismo de estado debido a los decretos de aniquilamiento.
Aunque el único problema de Argentina no residía en lo ideológico. La economía sufría una inflación creciente, paralizando miles de inversiones extranjeras por la devaluación de la moneda. El desempleo alcanzó una de sus cuotas más altas y la seguridad ciudadana era inexistente.
Múltiples huelgas fueron fuertemente reprimidas mientras el ejército ganaba cada vez más poder. La presidenta adelantó las elecciones a octubre de 1976, pero nada calmó los ánimos.
En marzo de 1976 se produjo un Golpe de Estado militar encabezado por Jorge Rafael Videla. Isabel estuvo retenida durante 5 años en Buenos Aires, mientras Argentina comenzaba el proceso denominado Reorganización Nacional (1976-1983). Liberada en 1981, se trasladó a Madrid, donde reside actualmente.
En 2007 fue detenida por la policía con orden de extraditarla a Argentina para ser juzgada por crímenes contra la humanidad durante su mandato. El juez español consideró, sin embargo, que habían prescrito. En 2017 la Corte Suprema de la República Argentina la citó a declarar por terrorismo de estado, pero posteriormente fue absuelta.
Abandonando la política y los actos públicos, reside en una vivienda de más de 300 metros cuadrados en una urbanización en las afueras de la capital. Sin dar entrevistas y sin salir prácticamente de su casa, Isabel visita la parroquia local y colabora en diversos proyectos benéficos.
Su edad, 87 años cumplidos este domingo, y la rotura de varias articulaciones, han mermado su movilidad en el último lustro. La única mujer presidenta de Argentina renunció a las consideraciones de su cargo casi desde su exilio, olvidándose de su país natal.