MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, ha puesto en duda este lunes la voluntad del mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, de abrir negociaciones con Teherán para abordar el programa nuclear del país argumentando que, si esa fuera su intención, no habría anunciado ya la reactivación de la campaña de "máxima presión" contra el Gobierno iraní.
"Dice que quiere hablar y luego (...) firma y anuncia todas las posibles conspiraciones para lograr que esta revolución se arrodille", ha dicho Pezeshkian durante los actos de conmemoración del 76º aniversario de la Revolución Islámica de Irán. "Dicen que quieren negociar. Si quisieran negociar, ¿por qué cometer estos errores?", se ha preguntado.
Así, ha acusado a Trump de afirmar que "Irán altera la región" y ha argumentado que "es el régimen sionista --en referencia a Israel-- el que, con apoyo de Estados Unidos, ha bombardeado y bombardea cuando quiere a los pueblos oprimidos en Gaza, Líbano, Siria y Palestina", según una transcripción de sus declaraciones facilitada por su oficina.
"El presidente estadounidense dice que busca la paz y la tranquilidad, pero apoya a criminales que han sido imputados por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por genocidio", ha señalado. "¿Qué persona libre y sana aceptaría que alguien que mata a mujeres y niños con bombas de varias toneladas hable sobre paz?", ha cuestionado.
El mandatario iraní ha hecho estas declaraciones en el marco de una jornada de movilizaciones en Irán por el aniversario de la Revolución Islámica de 1979, que puso fin al régimen del sah y llevó al poder al ayatolá Ruholá Jomeini, sucedido por Alí Jamenei como líder supremo tras su fallecimiento diez años después.
Las palabras de Pezeshkian llegan un día después de que Trump afirmara que "le gustaría alcanzar un acuerdo con Irán en el tema de la no proliferación nuclear". "Lo preferiría a bombardearlos por todas partes. No quieren morir. Nadie quiere morir", sostuvo durante una entrevista con el diario estadounidense 'The New York Post'.
Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, afirmó la semana pasada que cualquier intento de Trump de reimponer la política de "máxima presión" contra Teherán está destinado al fracaso, al tiempo que reiteró que el país no cuenta con planes para hacerse con armas nucleares. "Ya quedó demostrado que la política de máxima presión fue un fracaso y cualquier intento de revivirla sólo llevará a otra derrota", dijo.
Trump firmó el 4 de febrero una orden ejecutiva para ejercer una mayor presión contra Irán, incluida la imposición de sanciones y una reducción de las exportaciones de petróleo. "Es muy simple. Irán no puede tener armas nucleares. No queremos ser duros con Irán. No queremos ser duros con nadie, pero simplemente no pueden obtener armas nucleares", subrayó.
Durante su primera mandato, entre 2017 y 2021, Trump retiró de forma unilateral a Estados Unidos del histórico acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 e impuso una batería de sanciones contra Teherán que llevaron al país a reducir sus compromisos con el pacto hasta la vuelta de Washington al cumplimiento de sus cláusulas.
Asimismo, Estados Unidos ejecutó en enero de 2020 un bombardeo contra el aeropuerto de la capital de Irak, Bagdad, en el que mató al entonces jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani, y del 'número dos' de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) --una coalición de milicias progubernamentales iraquíes apoyadas por Irán--, Abú Mahdi al Muhandis.