NUEVA YORK, 6 Ago. (DPA/EP) -
Un informe confidencial de Naciones Unidas apunta a posibles mercenarios rusos del grupo Wagner como responsables de una masacre ocurrida en marzo en el centro de Malí, que costó la vida a más de 30 civiles.
El informe, elaborado por expertos de la ONU y presentado al Consejo de Seguridad, recoge el relato de testigos presenciales que apuntan a la llegada de "militares de piel blanca" a la localidad maliense de Robinet El Ataye, en la región de Ségou. Allí fueron asesinados, el 5 de marzo, al menos 33 civiles, incluidos 29 mauritanos y 4 malienses.
Estos "militares" procedieron "a reunir a los hombres y niños mayores, les ataron las manos a la espalda y les vendaron los ojos", según un testigo, y agregó que posteriormente fueron detenidos en el centro de la aldea y las casas circundantes fueron saqueadas.
Aparentemente y según el documento, los soldados comenzaron a golpear con porras y garrotes a los hombres, que tenían los ojos vendados y se encontraban ya inmovilizados, mientras que otros asaltantes "bloqueaban las entradas a las casas cercanas e indicaban a las mujeres y los niños que se quiedaran dentro".
"Solo podían escuchar los gritos de los hombres mientras los golpeaban", según testigo.
Luego se llevaron hasta 34 hombres, incluidos 29 mauritanos y cuatro malienses, cuyos restos carbonizados fueron descubiertos cerca al día siguiente, de acuerdo con los testimonios recogidos.
El grupo de mercenarios rusos Wagner, que proporciona tropas a la junta militar de Malí, no es mencionado en el informe pero las fuentes de la agencia DPA indican que los expertos no tienen ninguna duda de que los mercenarios descritos fueron proporcionados por la organización vinculada al Kremlin.
Entre las pruebas existe constancia de que estos militares emplearon un tipo de cuerda que coincide con la empleada por el Ejército ruso.
Desde el golpe de estado en mayo de 2021, Malí lleva bajo el gobierno de una junta militar que mantiene estrechos vínculos con Rusia y su grupo de mercenarios Wagner.
Según el informe de la ONU, la inestable situación de seguridad en Malí ha creado un vacío de seguridad que ha provocado un fuerte aumento de las muertes de civiles, con más de 500 muertos solo en los primeros tres meses de este año.