La ONG dice que las acciones de los paramilitares descarta que "estos crímenes vayan a parar sin una firme respuesta global"
MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha acusado este lunes a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de asesinatos, detenciones ilegales y violaciones durante sus ataques en el estado de Gezira, motivo por el que ha insistido en la necesidad de que Naciones Unidas despliegue una misión para proteger a la población civil en el país africano.
Así, ha resaltado que desde que el 20 de octubre desertara de las RSF su líder para Gezira, Abú Aqla Kikil, el grupo ha llevado ataques contra al menos 30 localidades, lo que ha provocado además la huida de unas 130.000 personas de estas zonas buscando lugares más seguros bajo control del Ejército sudanés.
"Este repunte masivo de los atroces ataques por parte de las RSF contra civiles debe poner fin a cualquier esperanza que quedara de que estos crímenes iban a parar sin una firme respuesta global", ha manifestado Mohamed Osman, investigador de HRW para Sudán.
"La mínima acción del Consejo de Seguridad de la ONU está fallando claramente a la hora de proteger a los civiles. Es urgentemente necesario el despliegue de una misión de protección a los civiles", ha sostenido, en medio de la guerra desatada en abril de 2023 entre el Ejército y las RSF, hasta entonces parte del aparato de seguridad del país.
Las RSF tomaron en diciembre de 2023 el control de la capital de Gezira, Uad Madani, perpetrando desde entonces graves abusos de los Derechos Humanos, incluidos asesinatos, secuestros y violencia sexual. Desde la deserción de Kikil, el grupo ha incrementado sus ataques en venganza, también contra miembros de su tribu.
En este sentido, una mujer de 55 años que residía en Tambul relata que los milicianos abrieron fuego contra varias casas tras irrumpir en la localidad durante la jornada del 22 de octubre. "Vi a un soldado de las RSF disparar en el pecho a un hombre", dice, antes de agregar que les ordenaron abandonar el lugar y que "cualquiera que se quede no será considerado un civil".
Así, otro residente asegura que los miembros de las RSF "estaban furiosos". "No paraban de preguntarme si tenía relación con Kikil o si sabía donde está su familia". "Amenazaron con matar a cualquiera que estuviera relacionado con él", agrega. Los ataques contra Tambul y los enfrentamientos con el Ejército en la zona dejaron 300 civiles muertos, según los datos analizados por HRW.
Las RSF atacaron posteriormente Al Sireha, donde se enfrentaron a residentes armados. Los combates dejaron unos 125 civiles muertos. "Vimos pilas de cadáveres, incluidos dos niños, cerca de uno de los canales de irrigación", subraya un residente que tuvo que huir del lugar horas después del inicio del asalto.
Observadores locales denunciaron la detención de más de 150 personas en Al Sireha, mientras que dos vídeos publicados en la red social Facebook y verificados por la organización no gubernamental muestran a miembros de las RSF deteniendo a cerca de un centenar de hombres en la localidad.
DENUNCIAS SOBRE VIOLENCIA SEXUAL
HRW ha recalcado que los milicianos de las RSF, declarado por Jartum como un grupo terrorista, habrían sometido además a mujeres y niñas a violencia sexual durante los ataques, con al menos 25 casos de violaciones y violaciones en grupo documentados por parte de la Iniciativa Estratégica para las Mujeres en el Cuerno de África.
El organismo civil, que cubre la situación en la región, afirma que entre las víctimas habría al menos diez niñas, antes de agregar que cuenta con documentación sobre seis casos en los que las supervivientes a estos hechos se suicidaron posteriormente.
Naciones Unidas indicó el 30 de octubre, citando a miembros de los equipos sanitarios de Sudán que "más de 27 mujeres y niñas de entre seis y 60 años" habían sido víctimas de "violaciones y agresiones sexuales".
Por ello, HRW ha hecho hincapié en que Reino Unido, que encabeza el caso sobre Sudán en el Consejo de Seguridad de la ONU y ocupa además la presidencia rotatoria durante el mes de noviembre, debería fomentar una acción en el organismo para abordar el ahondamiento de la crisis humanitaria en Sudán.
"Reino Unido, como organizador principal sobre Sudán, necesita dar un paso al frente en este momento de crisis y garantizar que no se ignoren los llamados de quienes necesitan desesperadamente protección en Sudán", ha reseñado Osman. "Los líderes mundiales y regionales no pueden permitirse el lujo de estar desaparecidos dadas los alarmantes patrones", ha zanjado.
Sudán se encuentra sumido en una guerra civil a raíz de las hostilidades que estallaron en abril de 2023 en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre de 2022 para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado de octubre de 2021, en el que fue derrocado el entonces ministro de transición, Abdalá Hamdok.