BRUSELAS, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea ha considerado que la proclamación de Juan Orlando Hernández como presidente electo de Honduras por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) constituye "un paso significativo en un proceso complejo e incierto" que ha vivido el país y ha reclamado a las autoridades hondureñas esfuerzos para "superar" la polarización.
"Animamos a las autoridades hondureñas a centrar todos los esfuerzos en superar la polarización actual a través de un diálogo incluyente entre fuerzas políticas, económicas y sociales", ha asegurado el Servicio Europeo de Acción Exterior que dirige la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, en un comunicado.
La UE ha dejado claro que su misión de observación electoral desplazada a Honduras "continuará siguiendo los acontecimientos sobre el terreno, incluido cualquier apelación" y emitirá en los próximos meses su informe final sobre la evaluación de los comicios, con sus recomendaciones, cuya "aplicación", "podría contribuir a restablecer la confianza pública muy necesaria en procesos electorales futuros".
El servicio diplomático europeo ha insistido en que "todos los actores nacionales" deben participar "genuinamente" en la consolidación de la democracia, para lograr la estabilidad política y el desarrollo inclusivo en el país y ha reiterado el compromiso de la UE de seguir apoyando a Honduras en "áreas clave como el Estado de Derecho y los Derechos Humanos".
CRISIS ELECTORAL
El TSE ha proclamado a Hernández presidente electo en medio de las denuncias de fraude por parte del candidato opositor Salvador Nasralla --a pesar de que han sido ratificadas por la OEA--. El candidato opositor y el bloque hemisférico han abogado por una repetición de los comicios o por una segunda vuelta que la legislación hondureña no contempla.
Hernández ha asumido su rol de presidente electo y ha invitado a Nasralla a un "diálogo nacional" en el que éste ha aceptado participar, aunque aclarando que en su caso la finalidad es que los hondureños acudan de nuevo a las urnas, no reconocer la victoria del líder conservador.
Las elecciones presidenciales del 26 de noviembre han estado marcadas por la polémica desde el principio porque Hernández ha conseguido pelear por la reelección, una figura que la Constitución prohíbe pero a la que el Supremo dio luz verde a instancias del partido gobernante. Ocho años antes, esta misma batalla llevó al derrocamiento de Manuel Zelaya.