BRASILIA, 16 Abr. (Notimérica) -
La amenaza del 'impeachment' se cierne sobre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y la mandataria parece estar preparándose para cualquiera de los dos posibles escenarios. Si consigue permanecer en el poder propondrá un nuevo pacto con todas las fuerzas políticas, pero si pierde ha sugerido que se retiraría definitivamente de la política para disfrutar de una "jubilación" en su casa de Porto Alegre.
La Cámara de Diputados de Brasil inició este viernes un debate que se prolongará durante tres días y que concluirá este domingo con una votación a favor o en contra del 'impeachment' o juicio político contra Rousseff.
La probabilidad de que la presidenta salga derrotada en este primer trámite ha crecido en los últimos días, tras una serie de golpes que han culminado con el anuncio de que la mayoría de los miembros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), antiguo socio, votará a favor del 'impeachment'.
El mes pasado el PMDB, tradicional aliado del Partido de los Trabajadores (PT) en la Presidencia de Brasil, decidió abandonar la base aliada del partido oficialista; una decisión que ha precipitado el proceso de 'impeachment' en contra de la mandataria.
A la presidenta también se le ha acabado la baza judicial. Este viernes el Tribunal Supremo de Brasil ha rechazado el intento del Gobierno de suspender la votación prevista para este domingo.
Rousseff ha descrito todo este proceso como un "golpe" orquestado desde la oposición con fines políticos. La mandataria ha señalado como cabecillas de esta conspiración al presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha --un viejo enemigo-- y a su 'número dos', Michel Temer, que asumiría la jefatura de Estado en caso de 'impeachment'.
Entretanto, el apoyo de los brasileños a un juicio político contra la presidenta, que ha caído siete puntos desde mediados de marzo, sigue siendo muy alto: más de la mitad de la población, en concreto el 61 por ciento, están a favor del 'impeachment' contra la presidenta.
Sin embargo, la cabeza de Rousseff no es la única que piden los brasileños. El porcentaje similar --un 58 por ciento-- piden que también se celebre un juicio político contra Temer, que mientras ejercía la Presidencia interina por la ausencia de Rousseff de Brasil supuestamente dio cuatro créditos públicos sin autorización del Congreso rebasando con ello el límite fiscal fijado por el Gobierno.
LOS PRIMEROS ALETEOS DEL 'IMPEACHMENT'
La segunda victoria de Rousseff en las elecciones de Brasil de octubre de 2014 se caracterizó por una corta tregua. Pocos días después de inaugurar un nuevo gabinete para acomodar a aliados a cambio de apoyo estable del Congreso, la mandataria sufrió una derrota importante frente a la oposición.
En un paso sin precedentes, el Tribunal Superior Electoral (TSE) decidió abrir una investigación a petición de la oposición sobre presuntas irregularidades en las cuentas de la campaña presidencial de 2014.
Más tarde la causa prosperaría y se llegaría a señalar a la mandataria por haber maquillado el aumento del gasto público en los presupuestos de 2014 con el fin de lograr la victoria presidencial. Estos presuntos hechos servirían para llevar a cabo un 'impeachment' contra la presidenta.
Sin embargo, los enemigos de Rousseff ya habían comenzado a pedir un 'impeachment' contra la presidenta antes de que hubiese una causa en su contra. Los casos de corrupción rodeaban a la mandataria en su partido, pero no se había encontrado ninguna prueba de que ella estuviera involucrada.
El 'impeachment' o la impugnación de mandato que se volvió a poner de moda en Brasil tiene su origen en la Edad Media y fue utilizado por primera vez contra William Latimer, en el Reino Unido.
Brasil sólo ha ejecutado el 'impeachment' una vez en su historia. Fue hace 22 años cuando se impugnó al entonces presidente Fernando Collor de Mello, el 32º presidente del país. Collor fue destituido de su cargo por indicios de corrupción y no pudo desempeñar cargos públicos durante ocho años.
Otro presidente brasileño que pasó por la sombra del 'impeachment' fue el antecesor de Rousseff Luis Inácio Lula da Silva. Hasta tres peticiones de 'impeachment' contra Lula llegaron a la Cámara, todas fueron archivadas por Severino Cavalcanti, presidente de la Cámara Alta de febrero a septiembre de 2005, que renunció a su cargo para no ser revocado por estar siendo acusado de corrupción.
EL PROCESO
La Cámara Baja de Representantes, donde se necesitarán 342 votos del total de 513 parlamentarios, debe determinar si es admisible el 'impeachment' y remitir el caso al Senado. Si la moción no suma ese número de apoyos, el proceso se archivará.
El presidente de la Cámara Baja, feroz crítico de Rousseff, no votará, por lo que la mandataria necesitará un total de 171 votos o abstenciones para bloquear el juicio político.
Si la mandataria pierde la votación en la Cámara Baja, el Senado decidirá si es sometida a un juicio político. Si 54 de los 81 miembros del Senado votan por la destitución de la mandataria, Rousseff sería despojada de sus derechos políticos, suspendida de sus funciones por hasta seis meses y no podrá aspirar a ningún cargo de elección popular durante ocho años.
En esta sesión única, en la que el presidente del Senado puede votar porque no la dirige, se darán los alegatos finales de parte del senador que haya instruido el caso y la defensa de la presidenta.
Si esto sucede, Temer sería confirmado como presidente interino, durante el resto de mandato de Rousseff, que se mantendría hasta el 31 de diciembre de 2018.
El Senado tendría 180 días para llevar a cabo un juicio, encabezado por el presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski.
TEMER Y CUNHA, LOS ENEMIGOS DE ROUSSEFF
El pasado 2 de diciembre, Cunha decidió abrir un proceso de 'impeachment' contra Rousseff atendiendo así una de las muchas denuncias presentadas en el Congreso contra la jefa de Estado.
La base para el 'impeachment' está en la denuncia presentada por uno de los fundadores del PT, Hélio Bicudo, y el exministro de Justicia del Gobierno de Henrique Cardoso, Miguel Reale, que apuntan a las irregularidades que el Gobierno cometió en las cuentas públicas de 2014.
También hubo numerosas denuncias que solicitaban apartar a Rousseff del cargo por la trama de cobro de sobornos a cambio de contratos públicos de Petrobras, pero de momento no hay pruebas sólidas que lo justifiquen.
Sin embargo, el propio Cunha está acusado por la Fiscalía General de Brasil de poseer cinco cuentas millonarias e ilegales en Suiza. Además el nombre del presidente de la Cámara de Diputados ha sido uno de los que han salido a relucir en los denominados 'Papeles de Panamá', según los medios brasileños que han tenido acceso a las informaciones.
Por otra parte, Temer, que hasta hace unos meses mantenía un perfil bajo, ha asegurado esta semana en una entrevista que estará "preparado" para asumir la Presidencia de Brasil en sustitución de la presidenta si el destino le lleva a desempeñar "esa función".
Más allá, el vicepresidente ha prometido que si prospera el 'impeachment' que se está forjando para intentar lograr la salida de Rousseff, gobernará "con el diálogo con todos los partidos" y mantendrá "los programas sociales del Gobierno".