MADRID 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro francés, François Bayrou, ha descartado este domingo que el Gobierno vaya a rebajar de nuevo la edad de jubilación en Francia a los 62 años por, alegó, la precaria situación financiera del sistema de pensiones.
Bayrou lleva tres meses negociando con sindicatos y federaciones empresariales la revisión de la impopular ley de pensiones de 2023 del presidente Emmanuel Macron, que eleva gradualmente la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.
"Quienes participan conocen las cifras y ya existe un déficit en las pensiones del sector privado", ha manifestado Bayrou en una entrevista el domingo en la radio France Inter. "Estamos descubriendo que no tenemos los medios para hacer lo que nos gustaría, porque no producimos como antes y no producimos lo que producen nuestros vecinos", ha lamentado.
Un informe del auditor estatal francés, publicado el mes pasado, indicó que se prevé que el déficit del sistema de pensiones aumente considerablemente en los próximos años. Sin cambios, el déficit anual alcanzará los 15.000 millones de euros en 2035 y aproximadamente el doble para 2045.
"Debemos, a toda costa, mantener dos debates: uno sobre el sector privado, con el requisito de volver al equilibrio para 2030", ha declarado Bayrou. "Y, en segundo lugar, preguntarnos qué enfoque podemos encontrar para las pensiones del sector público, de modo que podamos, con el tiempo, lograr un mejor equilibrio en nuestras finanzas públicas".
La reapertura el explosivo debate sobre las pensiones en Francia fue la principal concesión que Bayrou ofreció a los legisladores socialistas en enero para evitar que votaran en contra de su gobierno por el presupuesto.
El primer ministro ha prometido que el Parlamento puede trabajar en la legislación basándose en cualquier acuerdo que surja de las conversaciones, con la condición de que las posibles modificaciones no deterioren el equilibrio financiero del sistema.
"Sobre la cuestión de decir 'esta es la edad para todos', no creo que sea la única salida", ha declarado Bayrou sin presentar ninguna propuesta alternativa específica y apostado en su lugar por su confianza en los participantes en las conversaciones.
Según el Tribunal de Cuentas, mantener la edad mínima de jubilación en 63 años, en lugar de aumentarla a 64 como estaba previsto, supondría un coste para las finanzas públicas de 13.000 millones de euros adicionales al año hasta 2035. Por el contrario, aumentar la edad a 65 años supondría un aumento de 17.700 millones de euros anuales para ese mismo año, de acuerdo con datos recogidos por Bloomberg.