Publicado 12/07/2024 13:32

Francia.- MSF denuncia la "normalización de la violencia" en el trato a menores migrantes en Calais, Francia

Dos menores migrantes en el centro de MSF  en Calais.
Dos menores migrantes en el centro de MSF en Calais. - LÉO TORRÉTON

MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

La ONG Médicos sin Fronteras (MSF) ha denunciado este viernes la "normalización de la violencia" en el trato a menores migrantes sin acompañantes en la ciudad francesa de Calais, a la que llegan numerosos refugiados en un intento por cruzar el canal de la Mancha para llegar a suelo británico.

La organización, que ha alertado de que muchos de ellos son sometidos a malos tratos, ha advertido de que las autoridades francesas interviene por tierra y mar para impedir que se embarquen en un intento de atravesar el canal. En este sentido, ha señalado en un comunicado que los migrantes "dibujan un panorama de violencia, falta de asistencia y devoluciones".

Desde MSF apuntan a que más de un tercio de los testimonios de los jóvenes atendidos hacen referencia a "malos tratos y violencia" por parte de la Policía francesa. Según los jóvenes entrevistados, la violencia se produce principalmente durante las operaciones de desmantelamiento y los intentos de cruzar el canal de la Mancha en barco o camión.

En la mayoría de estos casos, los agentes ejercen la violencia mediante "patadas, puñetazos, golpes con porras y el uso de gases lacrimógenos a la altura de los ojos", tal y como aseguran los migrantes. "Estos abusos suelen producirse cuando los voluntarios y las asociaciones no están presentes para ayudar a las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiados", ha apuntado la ONG.

"A veces comprueban que no haya cámaras y nos llevan a lugares fuera de la vista para pegarnos. La última vez que me pasó, estaba con un amigo. La Policía nos llevó a una furgoneta y nos golpeó con porras. Me pegaron tanto que sangré", cuenta Ahmed, un chico sudanés de 15 años que ingresó en el centro de MSF en febrero.

"Los jóvenes que emigran solos experimentan el exilio y la violencia en un momento muy particular de su desarrollo: la adolescencia. El exilio también significa experimentar o presenciar unos acontecimientos traumáticos y una violencia que, a menudo, queda impune. Se hace difícil y peligroso confiar en los demás", ha explicado Chloé Hannebouw, psicóloga de MSF en Calais.

VIOLENCIA Y TRAUMA

Desde la reapertura del proyecto de MSF en Calais en abril del año pasado, el 82 por ciento de las personas atendidas en consultas médicas por el equipo médico de MSF han declarado haber sufrido malos tratos, torturas, actos inhumanos y degradantes, especialmente en Libia, Túnez o en la ruta de los Balcanes.

"Durante las entrevistas, los jóvenes narran terribles experiencias de violencia, detención y a veces tortura. Algunos jóvenes también tienden a comparar la violencia que sufrieron en Libia con las complicadas condiciones de vida en Calais. Esta comparación les lleva a menudo a minimizar la dureza de su situación actual frente a la extrema violencia vivida allí", ha afirmado Hannebouw.

Desde el inicio de las operaciones, la psicóloga de MSF ha realizado 152 consultas a menores (no acompañados o acompañados por sus familias). Entre los síntomas más frecuentes se mencionan ansiedad, pesadillas, insomnio y sensación de impotencia o incapacidad para verse y pensar en el futuro. Algunos mencionan también impulsos suicidas, sobre todo cuando han vivido experiencias especialmente traumáticas o de violencia extrema.

"Esta violencia física y psicológica repetida ilustra el coste humano que Francia y Reino Unido están dispuestos a pagar para asegurar su frontera común. Una normalización generalizada de la violencia se ha instalado en toda Europa. Calais es sólo uno de los muchos laboratorios de las políticas de disuasión aplicadas por la Unión Europea", ha denunciado Feyrouz Lajili, coordinadora del proyecto de MSF en Calais.

MSF ha pedido así a las autoridades francesas que ofrezcan protección a los menores no acompañados en tránsito por la frontera franco-británica y que "pongan fin a las medidas disuasorias", aplicadas con el apoyo de Reino Unido y que ponen en peligro a las personas en movimiento.