Actualizado 13/10/2016 09:12

Elecciones en Nicaragua, ¿una "farsa electoral" liderada por Ortega?

Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega
REUTERS

   MANAGUA, 13 Oct. (Notimérica) -

   Nicaragua inició en agosto la campaña electoral de las elecciones generales y se extenderá hasta el próximo 2 de noviembre, cuatro días antes de la celebración de los comicios, el 6 de noviembre, donde se presenta el mandatario actual del país, Daniel Ortega, que aspira a la reelección de un tercer mandato consecutivo.

   En estas generales, Ortega se presenta con su esposa Rosario Murillo como candidata a la Vicepresidencia. Como en las dos elecciones anteriores, los nicaragüenses siguen mostrando su apoyo hacia Ortega, candidato del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), quien ha liderado los sondeos con altos niveles de popularidad que sobrepasan el 70 por ciento, tal y como recoge la cadena 'Telesur'.

   Por su parte, la principal coalición opositora, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), ha llamado a la "abstención activa"; es decir, a no votar con el fin de mostrar rechazo hacia las elecciones.

   De los cinco pequeños partidos que competirán con el sandinismo solamente abrió su campaña electoral el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que celebra una caravana por las calles de Managua con su candidato, Maximino Rodríguez. También comenzó con la campaña el Partido Conservador (PC), liderado por Erick Cabezas. Sin embargo, el FSLN no ha establecido aún un plan oficial de cara a estos comicios.

   La oposición, que no alcanza ni el tres por ciento con la unión de todos sus partidos aglutinados, según el analista Adalberto Santana, declaró en un pronunciamiento que estas elecciones son una "farsa electoral", señalando la afinidad de los magistrados del Consejo Supremo Electoral (CSE) con la formación de Ortega.

   "Los partidos de la oposición siempre van a buscar entorpecer su buena imagen y el respaldo popular que tiene el frente sandinista", afirmó Ortega, quien agregó que tiene todo el derecho de ser candidato.

   De esta manera, Ortega se convierte en el único candidato importante de las elecciones, después de que la Coalición Nacional por la Democracia, con su principal partido, el Partido Liberal Independiente (PLI) decidiera el pasado mes de junio no participar en los comicios de noviembre, al ser anulada la candidatura del opositor Luis Callejas y despojados de una casilla electoral por un fallo de la Corte Suprema.

    "Daniel Ortega está cerrando las puertas de la vía electoral en Nicaragua. Hoy le ha robado al pueblo de Nicaragua su derecho a votar libremente, así como antes le robó su voto mediante los fraudes electorales", explicó en junio el excandidato presidencial Eduardo Montealegre, hasta ese momento presidente del Partido Liberal Independiente (PLI).

   Montealegre, también fue despojado de la representación legal del PLI por un fallo de la Corte, cuyos magistrados han sido acusados de obedecer directamente al presidente Ortega.

   Por su parte, el Consejo Supremo Electoral (COSEP) y el clero se han mostrado preocupados por la instalación de un "régimen de partido único" en Nicaragua. En tanto, la Conferencia Episcopal expresó en un pronunciamiento firmando por todos los obispos que "todo intento por crear condiciones para la implementación de un régimen de partido único en donde desaparezca la pluralidad ideológica y de partidos políticos es nocivo para el país".

   El 6 de noviembre próximo los nicaragüenses elegirán a un presidente, un vicepresidente, 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) para un período de cinco años.

   Esos comicios están marcadas por una sentencia judicial que sacó del proceso electoral a la segunda fuerza política opositora y por la concentración de poder del FSLN que participará con ventaja y sin adversario fuerte.

   Durante sus años de gestión, Ortega ha logrado alianzas con empresarios que han sido vitales para lograr un crecimiento económico del cinco por ciento en el último lustro y que le ha permitido bajar la pobreza de un 42,5 por ciento en 2009 a un 30 por ciento el 2014.

   Esto permitió que el actual mandatario se mantuviese al frente del partido y lograr el apoyo necesario para asumir nuevamente la presidencia en 2006 y 2012 a pesar de las críticas de ausencia de transparencia y democracia en el Gobierno.