Actualizado 03/11/2014 22:08

La tradicional baja participación, más relevante que nunca en los comicios legislativos

Se espera que solo acudan a votar alrededor del 40% de los adultos en edad de hacerlo

   NUEVA YORK, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Las elecciones legislativas de este martes en Estados Unidos arrojarán un índice de participación que se situará en torno al 40 por ciento de los adultos en edad de votar, un porcentaje en línea con el registrado en las 'Midterms' de los últimos 60 años, según el Centro para el Voto y la Democracia. No son precisamente unas elecciones presidenciales que dinamicen a la masa del electorado pero tampoco tienen un carácter testimonial --hay elecciones locales donde el índice de participación ha alcanzado a duras penas el 5 por ciento--.

   A ello hay que sumar que, en el caso particular de 2014, el ciclo de noticias electorales ha quedado enterrado en la crisis del ébola y la intervención de Estados Unidos contra Estado Islámico. Así, solo un 22 por ciento de los encuestados por el Pew Research Center ha seguido de cerca las noticias sobre los comicios. Un 39 por ciento no lo ha hecho en absoluto.

   Resulta interesante, no obstante, apreciar el perfil del 60 por ciento que no pisará un colegio electoral el día de los comicios: varón, joven, perteneciente a una minoría étnica, políticamente no afiliado, que sin embargo comparte con el votante su desencanto con la labor del Gobierno pero está más interesado en cuestiones sociales como la ayuda a los pobres por el motivo de que sus ingresos medios se encuentran en la parte baja del escalafón: menos de 30.000 dólares --unos 25.000 euros-- al año.

   Y lo es porque en 2014 su participación, o no, podría dilucidar el resultado entero de los comicios. A los aspectos antes mencionados hay que sumar que la mayor parte de los absentistas, si bien no son necesariamente afines, sí se muestran ligeramente favorables a las ideas del Partido Demócrata, actual mayoría en el Senado.

   En el caso de este martes, y en un estado concreto, Iowa, su ausencia podría entregar en bandeja el estado a los republicanos, y este estado podría dar al GOP las llaves del Senado --donde necesitan seis escaños más--, otorgándoles el control total del Congreso de Estados Unidos por primera vez en ocho años.

EN EL FILO

   "No me esperaba que la carrera por el Senado estuviera tan reñida por aquí; me gusta la atención que recibimos", ha declarado el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa Tim Hagle.

   Los absentistas se han convertido, junto a los independientes, en claves para la victoria de uno de los dos partidos. Hay que tener en cuenta no obstante que un 53 por ciento de los declarados "no votantes tradicionales" tiene una opinión desfavorable de los republicanos, según estudios del Pew Research Center.

   Si Iowa registra una participación especialmente alta, es posible que el demócrata Bruce Braley se alce con la victoria frente a su rival republicana, Joni Ernst --quien de momento se perfila como favorita-- pero es tal el desencanto existente tanto entre los votantes como los no votantes, que va a resultar difícil, por no decir imposible, pronosticar con exactitud las cifras de participación.

LA GENERACIÓN DEL DESENCANTO

   Para alentar al voto, los partidos deben atraer la atención de un sector absentista que es radicalmente distinto al votante tradicional, distinguido en la figura mujer, raza blanca, mayor de 50 años y clase media-alta.

   Un tercio de los absentistas tiene menos de 30 años y la mayoría menos de 50. Un 43 por ciento son hispanos, negros o asiáticos, casi la mitad gana menos de 25.000 euros y la mayoría no ha recibido educación superior. Son diferencias vistas en otros comicios pero que en 2014 han alcanzado una especial prominencia, especialmente cuando se habla del abismo económico que separa a votantes de no votantes.

   Solo un 52 por ciento de los absentistas tiene tarjeta de crédito y solo un 37 por ciento tiene un plan de jubilación. La mayoría tiene seguro médico (76%) pero en porcentajes mucho menores que los votantes (83%), y casi la mitad ha tenido problemas para pagar facturas.

DIFÍCIL PRONÓSTICO

   El propio centro de estudios Pew reconoce la dificultad de anticipar la participación. "Parece que 2014 va a ser un año de baja participación pero es imposible usar un modelo estadístico", ha explicado el director del centro, Andrew Kohut, "y a veces hay sorpresas".

   En este sentido, Kohut recuerda lo sucedido, salvando las distancias en 2012, cuando los jóvenes latinos acudieron en masa a votar. "En los comicios de este año, la sorpresa consistirá en que los demócratas saquen fuerzas de donde no las hay para depositar su voto", ha declarado.

   Porque en este sentido, "como llevamos viendo todo el año, los republicanos están mucho más implicados y, según varios baremos, la ventaja del GOP sigue siendo tan grande como hace cuatro años".